El Gobierno vasco confirma que los restos óseos hallados en Zaldibar son humanos
Los restos se han encontrado en la zona donde el 6 de febrero desaparecieron Joaquín y Alberto como consecuencia del derrumbe de miles de toneladas de residuos industriales
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El viceconsejero de Seguridad del Gobierno vasco, Josu Zubiaga, ha anunciado que el resto óseo hallado este domingo en el vertedero de Zaldibar "pertenece a una persona" y se ha descubierto a una profundidad de 23 metros. Asimismo, el viceconsejero ha pedido a los familiares de los dos trabajadores sepultados --Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán-- "paciencia".
Zubiaga ha comparecido en Ermua, junto al director de Patrimonio Natural y Cambio Climatico, Aitor Zulueta, para informar de las novedades sobre el rescate en el vertedero de Zaldibar" que colapsó el pasado 6 de febrero. Tras confirmar que el resto hallado este domingo es humano, Zubiaga ha destacado que ha habido que "excavar 23 metros, un edificio de ocho pisos para llegar" a ellos.
Asimismo, ha reconocido que, partir de ahora esa zona se delimita como "zona más probable de encontrar más restos" y se trabajará de forma "más quirúrgica, con más cuidado", mientras se realiza "el análisis científico del resto encontrado". Por otro lado, ha solicitado a las familias de Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze "un poco de paciencia", ya que los más de seis meses de trabajo van dando sus resultados".
Declaraciones del viceconsejero de Seguridad que se producen después de que los equipos de rescate hayan encontrado este domingo restos óseos en el vertedero, donde desde el 6 de febrero permanecen desaparecidos Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze como consecuencia del derrumbe de miles de toneladas de residuos industriales.
Fue en torno a las cuatro de la tarde del 6 de febrero cuando medio millón de metros cúbicos de tierra y residuos industriales se deslizaron ladera abajo y cayeron hasta sepultar parte de la autopista, cerca de las localidades de Ermua, Eibar y Zaldibar, que albergan a cerca de 48.000 habitantes. Los días siguientes transcurrieron entre la alarma y el caos. Tanto, que los primeros 150 efectivos de Emergencias y de seguridad que iniciaron las labores de rescate entraron sin saber que el vertedero también almacenaba amianto, un material peligroso, y pudieron estar en contacto con este mineral sin los equipos de protección para ello.
El deslizamiento también provocó que una parte de la AP-8 que une Bilbao y San Sebastián quedara sepultada durante horas y en los días siguientes se produjo un incendio en el vertedero que agravó la contaminación ambiental y paralizó las labores de búsqueda. Las autoridades aconsejaron a los vecinos que mantuvieran las ventanas cerradas y no realizaran actividades físicas al aire libre porque habían detectado niveles de contaminantes en el aire por encima de lo normal.