Irene Lozano del ostracismo a la primera línea de juego

En 2015 se incorporó a las filas del PSOE sin dejar el escaño de UPyD, provocando suceptibilidades entre los socialistas madrileños.

Irene Lozano, durante una sesión de Control al Ejecutivo cuando era diputada de UPyD

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Irene Lozano dejó su zona de confort en UPyD por Pedro Sánchez. Es cierto que lo dejó cuando el "confort" se hizo insoportable, y que apostó por  ir en las listas del PSOE en un puesto que le permitiera sacar escaño en el Congreso.

La diputada madrileña no estaba cómoda en la formación rosa por sus discrepancias con Rosa Díez tras la debacle electoral sufrida por UPyD en las elecciones andaluzas del 22 de marzo de 2015. Después de aquello Irene Lozano abandonó la dirección del partido reclamando la dimisión de Rosa Díez y la necesidad de acometer un cambio radical en la estrategia política de la formación. Se puso al frente de "Renovadores UPyD" y se presentó al congreso extraordinario del partido para renovar la ejecutiva, pero fue derrotada por Andrés Herzog.

Desde entonces las relaciones estaban tan enturbiadas que era un clamor que dejaría UPyD. Y así, sin previo aviso aunque era un secreto a voces, el 18 de mayo de 2015 formalizaba su renuncia al acta de diputada de Unión, Progreso y Democracia en el Congreso, y se pasaba a formar parte de las listas del PSOE para las elecciones generales del  20 de diciembre de ese año.

Pedro Sánchez le encargó hacer propuestas sobre regeneración democrática para la elaboración del programa electoral y la incluyó en el comité de sabios que asesora al candidato a la Moncloa. Sin duda, Sánchez apostaba por el nuevo fichaje lo que levantó alguna que otra ampolla en la Federación Socialista de Madrid al incluirla en el puesto número 4 de las listas del PSOE  por la capital. Entonces, el dirigente de UPyD, Rafael Calduch, pidió explicaciones a Sánchez sobre si "entre los socialistas de Madrid no hay alguien capaz de ocupar ese puesto" y el ex secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, dejó caer que sería bueno que la exdiputada de UPyD, Irene Lozano, "haga una referencia a los militantes socialistas sobre que el PSOE nunca ha sido un partido corrupto". Esto venía  a cuento de su enfrentamiento años atrás, en 2012,con el diputado Eduardo Madina al asegurar que los socialistas ejercían la antipolítica al permitir "prácticas corruptas de cargos públicos, la impunidad de cargos públicos acusados e imputados por corrupción" y haber llevado corruptos en sus listas. Además les acusó de haber utilizado la  Administración pública y las instituciones "para colocar a sus amigos y de haber saqueado las Cajas".

La hemeroteca es cruel y nos recuerda que el pasado está ahí y siempre vuelve. Y el de Irene Lozano no gustaba a todos los socialistas, no encontró amigos y esto la llevó a renunciar a volver a presentarse en las elecciones de junio de 2016

Tras esto, dejó la política y se dedicó a la Escuela de Filosofía Práctica ‘The Thinking Campus’. Pero Pedro Sánchez le debía una y este 9 de octubre se la ha pagado al nombrarla Alto Comisionado para la Marca España, cargo que creó Mariano Rajoy para promocionar la Marca España por todo el mundo y que ha estado desempeñando desde 2012 el empresario Carlos Espinosa de los Monteros.

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