El largo (o no) camino hacia la derogación de la prisión permanente revisable
El recorrido suele durar unos seis meses, pero el PP tiene intención de demorar al máximo los plazos
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La votación en el Congreso no ha supuesto la derogación de la prisión permanente revisable, pero ha allanado el camino para ello. El rechazo de las enmiendas a la totalidad de PP y Ciudadanos ha supuesto que continúe el trámite de la proposición de ley impulsada por el PNV. El texto pasará ahora a la comisión de Justicia, que nombrará una ponencia encargada de elaborar un dictamen, un texto en el que se podrán introducir enmiendas parciales. Una vez aprobado el dictamen en la comisión, se votará en pleno y pasará después al Senado para obtener también la luz verde de la cámara alta.
Este recorrido suele durar unos seis meses, pero el PP tiene intención de demorar al máximo los plazos, y no hay que olvidar, por ejemplo, que su mayoría absoluta en el Senado, le posibilitará también manejar los tiempos, y rechazar lo que venga del Congreso, lo que retrasaría un poco más incluso esa derogación. No hay que olvidar tampoco que, un hipotético (aunque difícil), adelanto electoral y la consiguiente disolución de las cortes, haría decaer la iniciativa.
Pero, a la vez, el Ejecutivo ha subido su apuesta y ha aprobado ya un anteproyecto de ley (pendiente de recibir los correspondientes informes del Consejo de estado y del Consejo General del Poder Judicial) que incluye cinco supuestos más a los que sería aplicable la prisión permanente revisable, entre ellos, la ocultación de un cadáver; el asesinato después de un secuestro; las violaciones en serie; la violación de un menor después de privarle de libertad o torturarle; las muertes en incendios, o los estragos en grandes infraestructuras.
En unos meses, pues, se repetirá un debate similar al de hoy, y es fácil augurar que se repetirá también el tono bronco y áspero de la sesión de hoy en un tema muy sensible y muy electoral.