Los efectos de la borrasca Filomena persisten en el campo español un mes después

En la Cadena COPE hemos contado con los testimonios de personas que se dedican al mundo de la agricultura y de la ganadería a las que el temporal les causó estragos en sus negocios

Juan Andrés Rubert

Publicado el - Actualizado

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La borrasca Filomena sigue presente y continúan sus efectos un mes después del largo manto blanco que dejó a su paso por gran parte de España. La nieve y la posterior ola de frío, de las más potentes que se recuerdan, que trajo la borrasca causó grandes daños en el campo. En total, se calculan pérdidas de hasta 80 millones de euros, según los datos oficiales.

La nieve dejó una imagen inusual, atípica en muchos puntos de España. Una bonita estampa invernal que, sin embargo, dista mucho del escenario que se vivió en el campo. Hablamos de miles de árboles caídos, producción perdida y desperfectos en maquinarias y plantaciones que derivaron en grandes pérdidas entre los ganaderos y agricultores.

Ha pasado justo un mes y las consecuencias de Filomena todavía se notan en gran parte del campo afectado. Son muchas las empresas y trabajadores que se han visto perjudicados por los efectos de la borrasca, devastadora en algunos puntos de España, sobre todo en la Comunidad de Madrid y en Castilla La Mancha.

En la Cadena COPE hemos contado con los testimonios de personas que se dedican al mundo de la agricultura y de la ganadería a las que el temporal les causó estragos en sus negocios. Historias como la de Ana, que tiene una empresa semillera en el municipio de Consuegra, situado en la provincia de Toledo. Se les hundieron quince naves por la borrasca. Tardaron unos quince días en poder empezar a funcionar porque las heladas les impidieron poder trabajar. Ahora, un mes después, han levantado solo dos, pero tienen que sacar adelante el negocio para mantener a todos sus empleados. Este año no se plantará melón, que es el 80 por ciento de su producción anual, pero sí vegetales como el pimiento o la berenjena.

Por otro lado, Antonio trabaja en el sector de la oliva y la viña en Moral de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real. El paso de la borrasca les afectó a sus explotaciones, pero sobre todo fueron las heladas que vinieron después por la ola de frío. El olivar está empezando a sufrir importantes defoliaciones. En cuanto a la viña, hasta mediados de abril no podrán saber las verdaderas consecuencias, pero imaginan que puede verse también afectada.

En el caso de Carmen, ella tiene una empresa agraria en Villamanrique de Tajo, en la Comunidad de Madrid. Se les desplomaron dos naves agrícolas de unos 4.000 metros cuadrados en total, con toda la maquinaria que poseían. En el pueblo se cortó la luz, el agua y el teléfono. Los postes de la luz quedaron arrancados o partidos por la mitad. La declaración de zona catastrófica les garantiza ayudas para arreglar los daños y desperfectos.

Hace un año, aproximadamente, vivimos un enero similar que arrancaba también con un fuerte temporal. Era el llamado Gloria, que causó grandes estragos por sus intensas lluvias y fuertes vientos huracanados. Actualmente, algunos de esos campos siguen viviendo sus consecuencias, y ahora tienen que sumar los efectos de lo que ha dejado Filomena.