Los principales objetivos geográficos de cada partido para la campaña próximo 4-M
La participación y la distribución geografíca con la que cada partido se pueda hacer son claves, aseguran los expertos, para lo que pueda ocurrir el próximo 4-M
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Los comicios que se celebran el próximo 4 de mayo sin duda van a llegar más polarizadas que nunca. Así lo indican los últimos estudios demoscópicos que se han dado en esta materia, en los que se puede comprobar cómo la división entre los ciudadanos ha ido incrementando desde que se pusiera punto y final al sistema bipartidista instaurado en nuestro país.
Con el sector de la derecha y de la izquierda más dividido que en anteriores ocasiones, lo que se pueda desprender de esta cita con las urnas, en la que la presidenta autonómica es la favorita para revalidar su puesto aunque sin nada garantizado, va a tener una repercusión en la política nacional, cuando hasta ahora era esta la encargada de marcar la agenda en el resto de arenas políticas.
Conscientes de la vital importancia que pueden tener estos comicios, todos los partidos se han volcado con la campaña, incluido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reduciéndola en muchos casos a los márgenes en los que pueden tener interés. Los spots dan buen ejemplo de ello. Mientras que el PP se ha encargado de hacer hincapié en la economía, uno de los temas recurrentes en todas sus campañas, PSOE y Unidas Podemos han querido utilizarlos como una herramienta necesaria para intentar movilizar a su electorado, tradicionalmente menos comprometido con las urnas.
La geografía en el epicentro
Pero a diferencia de en otras ocasiones, la formación de Pablo Iglesias, consciente de los malos resultados que prevén las encuestas, pero con la esperanza de sumar con el resto de partidos de izquierda, también ha querido hacer hincapié en la vital importancia que puede tener la geografía para que pueda “hablar la mayoría”.
Y es que, cuando hablamos de geografía en términos electorales, nos referimos a la distribución geográfica que cada bloque tiene en función de su ideología, términos socioeconómicos etc. De esto bien saben Álvaro Sánchez, politólogo, y el profesor de la Universidad Pompeu Fabra, Toni Rodon, ambos expertos en esta materia. “No todas las zonas de Madrid votan igual. Las zonas más ricas acostumbran a participar más que las zonas menos ricas, y sabemos que hay una correlación con el voto de la derecha y de la izquierda. Si este bloque quiere ganar a la derecha, tiene que conseguir que la clase media que les vote, y además movilizar a gran parte del electorado que suele moverse menos”, explica Toni Rodon, quien considera que la geografía, y el contexto económico en el que cada ciudadano se mueve, va a jugar un papel muy importante de cara al 4-M.
Algo con lo que también está de acuerdo Sánchez, y añade que en términos electorales, el factor de la inmigración también puede jugar un papel muy importante. “Los distritos donde más población inmigratoria hay, Vox intenta meterlo en campaña a través de sus spots y esto puede tener implicaciones electorales”, especialmente entre las diferentes fuerzas de centro derecha.
Todas ellas van a intentar convencer al mismo electorado, pero PP y Vox van a intentar atraer el voto descontento con Ciudadanos, quien sigue teniendo una tendencia a la baja en las encuestas. “PP y Vox deben hacer campaña en esas zonas geográficas donde Ciudadanos consiguió ganar en 2019. Estas zonas son especialmente nuevas zonas urbanas, que se construyeron en el 2000 con el boom y que no hay capital social, que son partes muy nuevas y otras zonas que no son ricas, pero tampoco pobre”, analiza el profesor de la UPF, quien a su juicio la gran duda es saber qué hará este electorado: “Aquí la duda es que el voto de Ciudadanos, gran parte se puede ir a PP, pero también puede ir a Vox”.
Los partidos de izquierda, sin embargo, compiten por el voto definido como el ‘cinturón rojo’. “Cinturón rojo está asociado con el efecto a largo plazo que ha provocado la industrialización y se explica porque los valores se transmiten de manera geográfica. Hoy en día ya no hay fábricas, pero sí que económicamente la estructura que estos valores se vayan transmitiendo en generación, en generación”, explica Rodon. En este caso, advierte, el principal dilema lo tiene el PSOE, ya que al igual que ocurre con las formaciones socialdemócratas, “gran parte de sus apoyos no viene de la clase obrera, sino de la clase media, con valores postmateralistas. Un dilema, afirma Sánchez, con el que intentará jugar la formación de Rocío Monasterio y con en el que Unidas Podemos y Más Madrid no compiten.