Los temporales más catastróficos de la historia de España

Aún permanece en la retina de los españoles las más de ochenta muertes ocurridas en el camping de Biescas como consecuencia del temporal

Los temporales más catastróficos de la historia de España

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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El verano toca a su fin, y a falta de tan solo unos días para que comience el otoño meteorológico, España ya sufre los efectos del primer temporal, la DANA que ya ha dejado varios muertos, el cierre del aeropuerto de Almería o multitud de pérdidas para el campo levantino. Pese a los efectos que está dejando el temporal, especialmente la muerte de algunos vecinos, esta gota fría no será, previsiblemente, como una de las peores de la historia, si bien es cierto que los avances permiten hacer frente, al menos parcialmente, a la madre naturaleza.

Desde luego nada que ver tiene esta DANA con la ocurrida del camping de Biescas (Huesca), que tuvo lugar el siete de agosto de 1996. El torrente de agua que se produjo a unos metros de la desembocadura del río Gállego provocó la muerte de 87 personas y 183 heridos. Un hecho que se pudo haber evitado si las administraciones públicas no hubieran autorizado la construcción del cámping Las Nieves en esta zona. Y es que se pensaba, erróneamente, que la intervención hidrológico-forestal realizada hubiera podido reducir la magnitud de la riada.

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A finales de 2005 la sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional señaló al Estado, autoridad a la que pertenece la Confederación Hidrográfica del Ebro, y a la Diputación de Aragón como responsables de la tragedia, y condenados a indemnizar con más de once millones de euros a las víctimas. Obviamente, el camping después de la tragedia cambió de nombre y ubicación.

Riadas del Vallés

Tres décadas antes de la tragedia de Biescas, Cataluña se vio afectada por las inundaciones. Se considera la mayor tragedia hidrológica ocurrida en nuestro país. Tuvo lugar también por las fechas de la actual DANA, el 25 de septiembre de 1962, en la comarca del Vallés Occidental, aunque también resultaron afectados el Vallés Oriental y Barcelonés. Las inundaciones fueron provocadas por las precipitaciones cuantiosas que desbordaron los ríos Llobregat y Besós. Una catástrofe que dejó entre 600 y mil fallecidos, miles de heridos y millones de pérdidas económicas.

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Si bien es cierto que Cataluña necesitaba agua como el comer tras meses de sequía, la solución fue la peor posible. Unas lluvias torrenciales que trajeron 212 litros de agua por metro cuadrado en menos de tres horas, que hicieron crecer el caudal de la parte final del Llobregat, el Besós y sus afluentes. Ríos más bien insignificantes como la rivera de Rubí y de Ripoll crecieron de manera excepcional y se llevó todo lo que encontró a su paso. El barrio de las Arenas en Tarrasa, el Escardívol de Rubí y muchas fábricas de Sabadell desaparecieron bajo las aguas.

Gran Riada de Valencia 

Los más viejos de lugar no olvidarán tampoco el 14 de octubre de 1957, cuando la inundación del río Turia, a su paso por la ciudad, causó infinidad de daños y costó la vida a 81 personas. Unas horas antes de la catástrofe, se registraron precipitaciones de más de 300 m en buena parte de la cuenca. Las alturas alcanzadas durante la riada en algunos lugares de la ciudad fueron muy variadas. Desde los 40 centímetros en la avenida Reino de Valencia, pasando por los 80 centímetros en los jardines del Real.

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Como datos curiosos, el entorno de la Catedral de Valencia no se vio afectada por el agua, lo que demostraba que el emplazamiento original fue un acierto. Además, tras la riada, la tardanza del gobierno de Franco provocó que el alcalde de Val3encia, Tomás Trénor, se enfrentara al Dictador. Una disputa que precipitó su destitución, si bien es cierto que el regidor lograría su objetivo de agilizar la ayuda a la ciudad.

Pantanada de Tous

Fue el 20 de octubre de 1982 cuando nuevamente el Mediterráneo quedó arrasado por el agua, concretamente las provincias de Valencia, Alicante y Murcia. En aquella ocasión, lo que propició las treinta muertes que provocó la catástrofe fueron las lluvias torrenciales, que provocaron la rotura de la presa de Tous en el río Júcar.

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