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El objetivo de Sánchez: “desactivar” a Puigdemont

El independentismo se ha encontrado con que la palabra mágica del nuevo Gobierno es la “normalización”. La llegada al Poder de Pedro Sánchez supone el intento de meter nuevas cuñas entre el PdeCAT y el ex presidente de la Generalitat de Cataluña

El objetivo de Sánchez: “desactivar” a Puigdemont

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El desafío está abierto en canal y ha pasado a manos de Pedro Sánchez que quiere abordarlo desde la dinámica de tender puentes. La aspiración del jefe del Ejecutivo pasa por tratar de encauzar las relaciones con la Generalitat de Cataluña. Las señales emitidas desde el Gobierno van en la misma dirección y tienen idéntica música de fondo: Diálogo frente a confrontación

Ese es el esbozo de Sánchez, resuelto a recibir a Quim Torra en La Moncloa, con tanteo previo de la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, al propio presidente catalán, para allanar el terreno. Por lo pronto, el Gabinete ha desempolvado la llamada Declaración de Barcelona, aprobada en julio de 2017 por las Ejecutivas del PSOE y del PSC, un compendio de propuestas para desbloquear la situación catalana. Un texto, con numerosos padres, en el que los socialistas abrían la puerta a negociar las 46 reivindicaciones planteadas por Carles Puigdemont a Mariano Rajoy en abril de 2016, con excepción de la demanda para celebrar un referéndum.

La oferta PSOE-PSC para desatascar el envite basculaba, además de la reforma federal de la Carta Magna, ahora mismo inviable sin el concurso del PP y así lo reconocen en La Moncloa, sobre el desarrollo del Estatut que mutiló el Constitucional, el reconocimiento de la “identidad nacional” catalana, la culminación del traspaso de transferencias pendientes, nuevas inversiones en infraestructuras, el blindaje de la lengua o la retirada de recursos ante el TC del Gobierno de Rajoy. Un plan que, al mismo tiempo, debería servir también para meter una nueva cuña en el mundo secesionista

En la actual encrucijada, y según especulan fuentes solventes ante la Cadena COPE, Pedro Sánchez y sus asesores están convencidos de que su hoja de ruta puede “neutralizar” al fugado Carles Puigdemont y su alargada sombra sobreTorra. El “cuanto peor, mejor” del ex presidente ya chocó con el PdeCAT en el apoyo otorgado por los ocho diputados en Madrid a la moción de censura que aupó a Sánchez al Poder. Frente a las tesis de Puigdemont, favorable a lo sumo a una abstención, la coordinadora general, Marta Pascal, logró imponer su criterio y coger oxígeno.

Tanto ha sido así que sus dirigentes en la Carrera de San Jerónimo, Carles Campuzano y Jordi Xuclá, han logrado el resultado tangible de establecer una línea abierta con José Luis Ábalos. Por el mismo carril, siempre según ha detectado el entorno de Sánchez, un objetivo de Puigdemont pasaría por forzar unas nuevas elecciones en Cataluña junto a las municipales, autonómicas y europeas del próximo año para liderar una nueva plataforma provocando la desaparición del propio PdeCAT y planteando un renovado plebiscito personal.

Si Pascal logra superar con ciertas garantías la actual división interna, Pedro Sánchez quizá pueda moverse con cierta comodidad sobre las aguas turbulentas del secesionismo. Si fracasa, el presidente del Gobierno habrá quemado sus naves.

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