El pacto con Bildu, la última de la larga lista de rectificaciones del Gobierno

A lo largo de la crisis sanitaria, el Ejecutivo se ha visto obligado a corregir su gestión en varias ocasiones

El pacto con Bildu, la última de la larga lista de rectificaciones del Gobierno

Jaime Cervera

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El Gobierno de Pedro Sánchez sumó este miércoles una nueva rectificación a sus ya numerosas correcciones en lo que llevamos de estado de alarma. Fue para enmendar el pacto alcanzado con EH Bildu para derogar la reforma laboral de 2012 aprobada por el PP. A última hora de la noche, el PSOE emitió una nota en la que matizaba que la supresión de esta ley no sería íntegra, tal y como recogía el acuerdo original con Podemos y Bildu, ni se acometería necesariamente con el fin de las medidas excepcionales tomadas por el Ejecutivo por la crisis del coronavirus.

Como decimos, es la última de una larga lista de rectificaciones llevadas a cabo por el Gobierno en distintos ámbitos durante la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19. Repasamos a continuación las principales.

Falta de previsión

Uno de los mayores errores que se le achacan al Gobierno de Sánchez es el de no haber sabido ver a tiempo las consecuencias que la pandemia podía tener en España cuando en otros países, como China o Italia, ya había causado importantes estragos.

El director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, afirmó no pensaba que España estuviera en peligro y que solo había riesgo de detectar algún caso aislado. No obstante, cuando la realidad del virus golpeó con fuerza, el Gobierno no tuvo más remedio que rectificar e imitar las medidas adoptadas en otros países para proteger a la población del patógeno.

El baile de cifras

Una de las realidades más cotidianas en nuestro país durante este tiempo de pandemia ha sido la de seguir la evolución de las cifras de muertos y contagiados por coronavirus que diariamente ofrecía el Gobierno. No obstante, el método de conteo ha sido sustituido en diversas ocasiones, hasta el punto de que el propio presidente, Pedro Sánchez, u otros miembros de su Ejecutivo tuvieron que salir a dar explicaciones o a rectificar las medidas.

Los test fallidos

Con la declaración del estado de alarma, el Gobierno asumió el mando único en la gestión de la crisis, por lo que en un principio se encargó en solitario de la adquisición de material sanitario (ante la ineficacia del Ejecutivo central algunos gobiernos regionales, como el de Madrid, se lanzaron a comprar también ellos material en los mercados internacionales).

Pues bien, uno de los mayores escándalos del Gobierno en la gestión de la crisis sanitaria se produjo cuando el Ministerio de Sanidad compró 650.000 test a una empresa china que no cumplía con la regulación del propio país exportador. Los test no contaban con los estándares de fiabilidad suficientes para diagnosticar el coronavirus.

El ranking de la OCDE

Algunas de las rectificaciones del Gobierno tuvieron menos que ver con la gestión y más con la proyección pública que el Ejecutivo pretendió dar a sus logros. En este sentido, destaca el momento en que Pedro Sánchez presumió en uno de sus discursos televisados de la buena posición de España en un informe realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En él, nuestro país figuraba como el octavo del mundo que más test de diagnóstico del coronavirus habían realizado.

Sin embargo, los datos que el Gobierno había facilitado a la OCDE no se asemejaban a los criterios de los que habían aportado otros países, cosa que favorecía a España. La posición real de España en el informe era la decimoquinta.

El falso informe de la Universidad John Hopkins

Otro ejemplo de propaganda por parte del Ejecutivo fue el momento en que Sánchez citó otro supuesto ranking mundial sobre la realización de test de detección del coronavirus, esta vez de la Universidad Johns Hopkins. El presidente dijo que España ocupaba el quinto puesto de esa clasificación.

No obstante, la CNN acusó de mentir al presidente del Gobierno al no encontrar el mencionado ranking y al no recibir respuesta a su petición de pruebas por parte del Ejecutivo.

Los paseos de los niños

Una de las contradicciones más sonadas de la crisis, por la división que causó en el seno del Gobierno fue la cuestión de que los niños pudieran salir a la calle desde el pasado 2 de mayo. En un principio, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, explicó que los menores solo podrían salir de casa para acompañar a sus padres a hacer algún recado o a la compra.

La medida cogió por sorpresa a Podemos, por lo que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, corrigió a Montero y señaló que era "de sentido común" que los niños pudieran salir a pasear y no solo acompañar a sus padres al banco, las farmacias o el supermercado. Los ministros del PSOE no tuvieron más remedio que asumir el cambio y el titular de Sanidad, Salvador Illa, confirmó la rectificación.