Un perro se cuela en el Parlamento Europeo poco después de la intervención de Sánchez

Se trataba de un perro lazarillo que comenzó a ladrar ante la estupefacción de los presentes que han tenido reacciones de todo tipo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El momento ha desconcertado hoy a los europarlamentarios. Sucedía cuando un perro se colaba en la sesión plenaria del Parlamento Europeo poco después de la intervención de Pedro Sánchez y de Ursula von der Leyen

Se trataba de un perro lazarillo que comenzó a ladrar ante la estupefacción de los presentes que han tenido reacciones de todo tipo, desde risas hasta caras de sorpresa. "Debemos tener probablemente un animal de apoyo de terapia", se disculpaba Ursula von der Leyen.

Sesión en la que el presidente del Gobierno se ha visto las caras con Carles Puigdemont. El eurodiputado y fugado de la justicia española le ha amenazado en público con 'consecuencias desagradables' por no haber logrado que el catalán sea reconocida como una lengua oficial de la UE.

Sánchez por su parte ha advertido sobre la fuerzas de la "ultraderecha" que a su juicio no creen en Europa y la consideran una sociedad decadente y obsesionada con acometer una transición ecológica y unos niveles de feminismo que, según ellos, no se pueden permitir.

En su discurso de balance de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea que comenzó en julio y finaliza este mes, Sánchez se ha mostrado satisfecho de los resultados obtenidos durante este semestre y ha alertado ante las fuerzas que califica como de "ultraderecha".

"Esas fuerzas políticas repudian o ignoran todos los avances logrados a lo largo de las últimas décadas. Temen al futuro y solo quieren huir a un pasado glorioso que nunca existió y al que resulta imposible regresar", ha señalado.

Sánchez señala que no comparte este "pesimismo" y no comulga con este pensamiento que ha tachado de "reaccionario". Admite que hay cosas que no funcionan y deben mejorar pero recuerda que el continente no ha parado de hacerlo desde el final de la Segunda Guerra Mundial y por el contrario no hay ningún argumento "empírico" para pensar que no se vaya a seguir esa tendencia de progreso.

En esta misma línea ha señalado que es la hora de mirar la futuro con ambición y ha señalado que el desafío de la UE no es evitar su declive ni resistir al desarrollo de otras regiones del mundo sino liderar una nueva era de prosperidad global.

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