¿Por qué es tan peligroso el amianto en el metro de Madrid?
La Fiscalía investiga la denuncia de la Inspección de Trabajo sobre la presencia de amianto en el Metro
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Fiscalía Provincial de Madrid ha iniciado diligencias de investigación penal a raíz del acta remitida por la Inspección de Trabajo de Madrid en la que detallaba que Metro de Madrid no había adoptado las medidas suficientes para evitar la exposición de sus trabajadores de mantenimiento a la presencia de amianto en alguno de los materiales de los trenes.
Además, el Ayuntamiento de Móstoles ha asegurado que el próximo verano procederá al desamiantado del CEIP Alonso Cano, después de que la AMPA mostrase su preocupación ante la existencia de este material en la sobrecubierta de uralitas del edificio.
Estas noticias han alertado a la población porque el amianto es un material catalogado como cancerígeno y cuyo uso se ha prohibido. ¿Qué significa que un material prohibido esté presente en un lugar tan concurrido como el metro de Madrid? ¿Hay algún peligro para los viajeros?
¿Qué es el amianto?
El amianto, también llamado asbesto, es una materia prima de origen mineral muy utilizado durante décadas en distintas industrias porque está compuesto de fibras largas, resistentes y flexibles que se pueden entrelazar para conseguir distintos materiales. La uralita, que se ha utilizado en España durante décadas para formar tablones y tejados, está hecha de amianto, por ejemplo.
Materiales de construcción, textiles, materiales de papel o cartón, piezas para frenos de coches y otras maquinarias, paquetes, revestimientos, pinturas... Hubo una época en la que el amianto se utilizaba en una gran variedad de objetos e industrias.
El amianto y la salud
Sin embargo, desde siempre se ha sabido que el amianto tenía efectos perjudiciales en el cuerpo. En el siglo I ya se describía un tipo de enfermedad pulmonar que padecían los esclavos que trabajaban con asbesto.
En 1906 se describió en Londres el primer caso de fibrosis pulmonar por asbesto en una trabajadora del área de cardado de una fábrica textil. En 1935 se publican los primeros trabajos que relacionan científicamente la exposición al amianto con el cáncer de pulmón.
Son los pulmones y la membrana que los cubre, la pleura, los dos órganos a los que más afecta la exposición de amianto, que puede causar dos enfermedades principalmente: asbestosis y cáncer de pulmón.
- La asbestosis es cuando por exposición prolongada al amianto, o por estar muy cerca de él, se respiran sus fibras y su polvo y éste se introduce en los pulmones, causando una especie de cicatrices en el tejido pulmonar, reduciendo la capacidad respiratoria hasta un punto que puede causar discapacidad o incluso la muerte.
- El cáncer de pulmón es una evolución de las lesiones que produce respirar el polvo del amianto, y puede tardar más de 20 años en manifestarse. Durante años, las empresas responsables de los trabajadores que caían enfermos achacaban al tabaquismo sus casos de cáncer, pero los médicos consideran que respirar polvo de amianto tiene un riesgo de padecer cáncer de pulmón aún más alto que el tabaquismo.
Prohibido desde 2001
El uso de amianto fue absolutamente prohibido en España en diciembre de 2001, si bien algunas de sus variedades se prohibieron antes como el amianto azul en 1984 y el amianto marrón en 1993.
Aún queda amianto en construcciones anteriores a la prohibición, por lo que se recomienda a los trabajadores que se dediquen a profesiones relacionadas con los derribos y el mantenimiento, que siempre lleven Equipos de Protección Individual. De todos modos, existen empresas especializadas en la retirada de asbesto que pueden asegurar un desamiantado profesional, seguro y libre de restos de contaminaciones.
Si está prohibido, ¿cómo ha llegado a esos vagones?
Por que son muy antiguos. El material se ha hallado en algunos vagones que tienen entre 30 y 40 años de antigüedad, cuando ya se conocía el riesgo del amianto para la salud pero aun se utilizaba porque la legislación laboral era mucho más laxa.
Eso sí: se ha dejado claro que los viajeros no tienen por qué preocuparse. El amianto se ha localizado en uno de los componentes eléctricos que se encuentran en la parte inferior del tren donde los viajeros no tienen acceso y por tanto no hay riesgo para ellos.
El riesgo lo padecen los trabajadores
Para los que sí lo hay, y lo ha habido durante todas estas décadas, es para los trabajadores del metro que llevan a cabo tareas de limpieza y mantenimiento en esas zonas. De hecho, metro de Madrid reconoció el pasado mes de noviembre por primera vez una enfermedad laboral, el caso de un trabajador afectado de asbestosis, y en las últimas semanas se ha anunciado otro caso más.
Esto ha llevado a la Fiscalía Provincial de Madrid ha abrir una investigación para aclarar si la empresa responsable del metro de Madrid hizo todo lo que debía para proteger la salud de sus trabajadores durante esas operaciones de limpieza y mantenimiento.
De momento se desconoce si hay más trabajadores afectados, ya que como decimos, los efectos del asbesto sobre la salud pueden tardar décadas en aparecer. Lo que sí sabemos es que los viajeros no corren ningún riesgo, pero que la empresa tiene ahora que dar explicaciones por el caso de los trabajadores afectados.