SIN MICRÓFONOS
El PP “protege” a Casado del desgaste, pero el número tres gana enteros como candidato
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Mariano Rajoy se ha tomado su tiempo pero ya ha despejado la incógnita, tanto en el Gobierno, como en el partido. Finalmente el presidente ha optado por no poner a Pablo Casado al frente del PP de Madrid, pero, lo más probable es que el vicesecretario de Comunicación nacional, acabe entrando en la dirección regional de la formación con el objetivo de que el año que viene encabece la lista de la Comunidad o del Ayuntamiento.
Todo dependerá de lo que digan las encuestas. Y es probable que se busque otro peso pesado del PP (que no parece que será Soraya Sáenz de Santamaría) para conformar un ticket electoral potente. Este movimiento relegaría, pues, tanto a a Ángel Garrido, como a José Luis Martínez-Almeida, a pesar de que en el partido se valora el trabajo de ambos.
De momento, Rajoy ha decidido encomendar a Pío García Escudero la dirección del partido en Madrid hasta que se celebre un congreso regional, algo que no ocurrirá hasta pasadas las municipales y autonómicas. El actual presidente del Senado es un veterano en estas lides y es una figura no molesta para las distintas facciones de la formación. En esta tarea le acompañará otro veterano, Juan Carlos Vera, que ya se hizo cargo de la gestora que dirigió el partido cuando Esperanza Aguirre dimitió. Génova ha querido, eso sí, ser “respetuosa”, y no hará una gestora al uso, sino que dejará intactos los órganos surgidos del anterior cónclave popular.
Con el nombramiento de Ángel Garrido como candidato el presidente ha querido lanzar además un mensaje de continuidad, continuidad de cara al exterior, pero también en clave interna. Continuidad exterior porque el PP mantendrá sus políticas y seguirá con la gestión que inició Cifuentes, una labor que, pese a todo, consideran buena. Y por eso mismo no se buscará un terremoto político porque se entiende que con la ex-presidenta empezó y ha acabado el problema.
Rajoy ha dejado claro, eso sí, que ha tomado las riendas de la situación. En el PP de Madrid no han sabido hasta hoy que es lo que se cocía entre bambalinas. Apostaban por Garrido, pero el mutismo de la dirección era total, y nadie se esperaba que el jefe del Ejecutivo iba a recuperar a García Escudero, que ya estaba alejado del día a día de la formación. De hecho, el presidente del Senado se enteró ayer mismo de su designación. En la dirección del partido se entiende pues que no se pueden permitir un desliz más. Tonterías las justas, piensan, sobre todo porque les espera un año y medio con numerosos procesos judiciales pendientes, y no hay que echar más leña al fuego.