Sánchez quiere rentabilizar La Moncloa en su carrera al 28-A

La confusión entre lo institucional y lo partidista promete ser la tónica en la cuenta atrás a las urnas

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

“Llegó nuestro momento”, repite el entorno de Pedro Sánchez. Con la movilización del partido en torno a una agenda social, progresista y modernizadora que busca desvanecer la sombra de un mandato cogido por el independentismo, la campaña iniciada por el presidente del Gobierno promete ser a la ofensiva, sin medias tintas, salpimentando la carrera a las urnas con la sanción a golpe de decretos medidas estrella.

Sánchez quiere poner en valor su estancia en La Moncloa y a fe que se va a envolver en el cargo como palanca electoral. Ya convirtió sin ningún reparo el anuncio del adelanto electoral con toda la pompa que ofrece el atril presidencial en un acto de campaña. El Gobierno “bonito” ha podido dejarse comer por las contradicciones, por la inexperiencia del estreno, - “problemas propios de la fase de maduración de un Gabinete que aún debe encajar sus piezas”, aseveraban en La Moncloa -, y enfrentarse a un ramillete de tropiezos que en demasiadas ocasiones lo ha bloqueado sin resortes ni capacidad de reacción.

Pero ha llegado la hora de la verdad. Pedro Sánchez ha empezado a reaccionar en el más puro estilo personal y personalista. El jefe del Ejecutivo ya ha irrumpido en escena con la recuperación del subsidio por desempleo para mayores de 52 años, que cayó con el rechazo de los Presupuestos Generales del Estado para 2019, o la de la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores no profesionales. Medidas que forman parte de un paquete de anuncios ya planificado y que el Presidente y su núcleo duro, con la vicepresidenta Carmen Calvo a la cabeza quieren sacar adelante antes incluso de la disolución de las Cortes el próximo 5 de marzo, cuando empiecen a correr los 54 días preceptivos hasta el 28 de abril.

Aunque siempre resulta arriesgado interpretar las motivaciones de los votantes, el entorno de Sánchez ha dibujado un panorama de salida con un PSOE hegemónico frente a un PP lastrado por Vox, Ciudadanos atravesando un bache, y Podemos en declive. Anticipar las generales a las autonómicas y municipales sin apenas solución de continuidad permite al líder de los socialistas asegurarse la unidad de acción del partido en una carrera de claro perfil presidencial. Cuanto mejor le vaya a él, mayor será el efecto en las federaciones. Al fin y al cabo, su campaña será la pre-campaña de sus barones y alcaldes. Movilizar el electorado progresista, recuperando a los “renegados”, representa el objetivo de aquí al día de las urnas.

Temas relacionados