El secuestro independentista de la Diada ha dormitado el interés de la manifestación

El año de mayor afluencia se produjo en 2014, a dos meses del referéndum ilegal convocado por Artur Mas para el 9 de noviembre 

El secuestro independentista de la Diada ha dormitado el interés de la manifestación

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Cuantificar el número de asistentes a una manifestación, especialmente si esta es mediática, siempre ha sido objeto de polémica. Depende directamente de si la entidad u organización convocante es afín al color político de las instituciones que ofrecen los datos, generalmente la Delegación del Gobierno y el Gobierno autonómico.

En los últimos años, la polémica en torno al número de asistentes a la Diada ha ido creciendo, a la par que ha aumentado la fiebre independentista. Una fiebre que alcanzó una elevadísima temperatura en el año 2012, cuando la Delegación del Gobierno de España en Cataluña (dependiente del Estado) y la Generalitat coincidieron en que fue uno de los once de septiembres con mayor número de asistentes en la manifestación. Otra cosa son los datos que ofrecían ambas instituciones. Según el Ejecutivo autonómico, la asistencia rondó el millón y medio de personas, mientras que la Delegación del Gobierno lo cifró en algo más de 500.000.

Fue un año donde la crisis económica comenzó a agudizarse, con una tasa de paro que rondaba el 25% y comenzaron a aplicarse unas políticas de ajuste tanto en España como en Europa que los dirigentes independentistas no dudaron en utilizar para dar la sensación entre la ciudadanía de que se estaba perdiendo soberanía, sobre todo en materias tan sensibles como es la Sanidad y la Educación. Aquello disparó el apoyo a la independencia hasta cerca del 50%, según las encuestas elaboradas en aquellos años por la propia Generalitat, gobernada por aquel entonces por Artur Mas.

Las malas perspectivas económicas para España en los años posteriores y la convocatoria de un referéndum ilegal el nueve de noviembre de 2014, volvieron a disparar la tensión entre Cataluña y el Estado. La unidad entre las fuerzas independentistas, embrión de la unidad entre la antigua Convergència y ERC en los comicios catalanes de septiembre de 2015, provocó que el once de septiembre de 2014 fuese el de mayor afluencia de los últimos años, rondando los dos millones de asistentes según la Generalitat, aunque ese dato lo rebajó la Delegación del Gobierno a 500.000.

Pese a esta oleada independentista del año 2014, lo cierto es que acabó por constituir un punto de inflexión, ya que desde entonces la asistencia a la Diada se ha desplomado. Muchos son los factores que han podido influir. Los brotes verdes de la economía; la irrupción de nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) que proporcionaba a la ciudadanía una mayor oferta ideológica; o el afán de los partidos independentistas por incumplir las leyes, y que no ha sido entendida por buena parte de los propios defensores del independentismo, han ido dormitando el interés de la cita. Ni siquiera el once de septiembre de 2017, es decir, los días previos a la consulta del 1-O, se consiguió movilizar a los defensores del separatismo. Apenas un millón de asistentes según la Generalitat y muy por debajo de los 500.000 si tomamos como referencia las cifras de la Delegación del Gobierno.