Una bomba en la tumba de una víctima de terrorismo: el día que ETA trató de asesinar a la cúpula del PP vasco

Entre los objetivos estaban Carlos Iturgaiz o María San Gil, que asistían a una ofrenda floral en homenaje a Iruretagoyena

Una bomba en la tumba de una víctima de terrorismo: el día que ETA trató de asesinar a la cúpula del PP vasco

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hace 10 años, ETA podría haber asesinado aparte de la cúpula del PP vasco. Por suerte, todo quedó en un intento porque falló un sistema a distancia. El 10 de enero de 2001, dirigentes de los populares vascos y familiares celebraron una ofrenda floral en homenaje a José Ignacio Iruretagoyena. Fue concejal del PP, y la banda terrorista le asesinó en 1997. La banda terrorista colocó un artefacto en su tumba, con el objetivo de que explotara durante el acto homenaje.

En ese acto en recuerdo a Iruretagoyena había presentes miembros del partido como Carlos Iturgaiz, entonces líder del PP vasco, o María San Gil, máxima dirigente de los populares en Guipúzcoa, el senador Gonzalo Quiroga, o el diputado Gustavo Arístegui, entre otros. En representación de los familiares de la víctima estaban dos hermanas del concejal, el padre y la viuda. Tuvo lugar a mediodía, y se trataba de un encuentro íntimo, por lo que no contaba con presencia de periodistas. Los miembros de ETA consiguieron colocar la bomba sin ser vistos, y ésta pasó desapercibida incluso para los agentes de la Ertzaintza que se encargaron de inspeccionar el cementerio por razones de seguridad.

EN UNA JARDINERA, ANTE LA TUMBA Y EN OTRA TUMBA

Los terroristas camuflaron el artefacto en una jardinera que se encontraba en la tuma de delante de la del concejal. Una vez terminó la ofrenda, los asistentes volvieron a San Sebastián. Así pues, si nadie vió la bomba, ¿cómo la policía acabó por enterarse de su presencia?

Pues la Asociación de Ayuda en Carretera recibió una llamada que ponía en aviso de la existencia del artefacto. En ella, la persona que efectuaba la llamada confesó ser miembro de la banda terrorista y hacía alusión al explosivo. “Hay una bomba para que les explote a los fascistas del PP”, aseguraba.

En seguida, los agentes inspeccionaron la zona, pero al no encontrar nada dieron la llamada por un aviso falso. No fue hasta cuatro horas después cuando varias llamadas a Radio Euskadi y a la Policía de nuevo en nombre de ETA y que insistían en la presencia de la bomba, volvieron a hacer saltar las alarmas. Los agentes volvieron al cementerio, lo acordonaron, y esta vez sí encontraron el artefacto. Tres kilos de explosivo con metralla que no llegaron a detonarse por lo que habría sido un fallo en el mando a distancia con el que los terroristas querían activarlo. El propio Carlos Iturgáiz aseguró que la banda terrorista había intentado “provocar una auténtica masacre”.

Ya por la noche, la policía detonó de forma controlada la bomba. Ocasionó importantes daños en el cementerio, lo que hace pensar que de haber funcionado el mando a distancia, las consecuencias habrían sido trágicas. Tal fue la fuerza del explosivo que incluso saltaron a la superficie restos humanos de otras tumbas.