Sánchez no da su brazo a torcer, no habrá cuestión de confianza pese a la amenaza de Junts

En Moncloa, cuenta el jefe de Política de COPE, Ricardo Rodríguez, ya asumen que "su negativa tendrá consecuencias"

Imagen de archivo del Parlamento Europeo en el que coincidieron sin mirarse Sánchez y Puigdemont
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Sánchez no está dispuesto a ceder ante Junts con la cuestión de confianza que exige Puigdemont

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El Gobierno no contempla que la Mesa del Congreso tramite la proposición no de ley de Junts que pide al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, presentar una cuestión de confianza, y asume las consecuencias de esa decisión como podría ser la negativa de la formación de Carles Puigdemont a negociar los presupuestos.

En esta ocasión, Sánchez no está dispuesto a ceder ante Puigdemont pese a haberle dado todo lo que le ha pedido desde que necesitara sus siete escaños para seguir en Moncloa. 

Primero le dio los indultos, después modificó a la carta el código penal, suprimiendo la sedición. Luego vino la amnistía, ahora trabaja en el cupo fiscal. Pero una cuestión de confianza no es lo mismo. Aquí ya no hay negociación posible. Pedro Sánchez se niega a aceptar la exigencia de Junts y la cuestión de confianza es una prerrogativa que le corresponde al presidente del Gobierno. 

Ahora bien, al no querer someterse a ella, Sánchez puede salir perdiendo porque es imposible gobernar cuando no tiene mayoría para hacer alguna reforma de interés general y cada votación es un mercado persa. 

¿Cuál es la situación en este momento? ¿Está Sánchez acabado como dice Feijóo? De momento, Junts amaga con romper los acuerdos con Sánchez en la reunión que mantendrá el viernes y asevera que la ruptura no tiene vuelta atrás.

la cuestión de confianza, un precedente peligroso

Fuentes de Moncloa aseguran al jefe de Política de COPE, Ricardo Rodríguez, "que no van a dar su brazo a torcer" y eso sí es una novedad.  La lógica diría que a Pedro Sánchez le sale a cuenta no irritar a Carles Puigdemont, pero en este caso se planta ante todo, dicen los suyos, "por el riesgo de crear un precedente peligroso con la cuestión de confianza". 

El Gobierno se sitúa ya en lo más parecido a un punto muerto. Aún se habla con Junts al más alto nivel, inciden los socialistas, para referirse a una interlocución en las horas previas a la reunión de la Mesa del Congreso entre Santos, Zerdán y Jordi Turull. Desde el Ejecutivo se ha movido Félix Bolaños en la cautela.

"El Gobierno dialoga y conversa. Es nuestra seña de identidad. Buscar acuerdos y  la Mesa del Congreso adoptará una decisión perfectamente fundamentada en derecho y conforme a la Constitución y al reglamento de la Cámara", ha subrayado el titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes.

Pero en la Moncloa asumen que su negativa a tramitar la iniciativa de Junts tendrá consecuencias. Son muy conscientes de que se les complica el camino hacia unos presupuestos generales del Estado de 2025 y de hecho llevan 24 horas lanzando el mensaje de que tampoco sería un drama seguir funcionando con las cuentas de nuevas prorrogadas. 

Los independentistas tomarán decisiones el viernes. Se acabó el crédito, insisten en espera de que Carles Puigdemont reúna su propia cúpula para abordar los escenarios posteriores al esperado acuerdo o anunciado acuerdo del órgano de gobierno de la Cámara Baja.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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