El Valle del Jerte se viste de blanco por amor

Durante la última quincena de marzo y las dos primeras semanas de abril, todo el Valle del Jerte se viste de blanco y entre mayo y agosto, las cerezas pintan de rojo

Fotos cedidas por la Mancomunidad Valle del Jerte

Ana L. Quiroga

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Cuenta la leyenda que, huyendo del frío de su país, llegó al Valle del Jerte un rey nórdico y decidió que aquel lugar cálido donde el agua abundante convertía la tierra en un portento de fertilidad, era el lugar donde quería quedarse vivir. Pasado el tiempo y viendo que su esposa estaba triste porque añoraba los paisajes nevados de su tierra, el rey, en un acto de amor sin precedentes, decidió llenar todo el valle de cerezos para que durante unas semanas al año lo cubrieran de blanco con sus flores y, así, su esposa, con solo asomarse a la ventana, pudiera disfrutar de un entorno tan bello e inmaculado como el que recordaba y añoraba de su país de origen.

Fotos cedidas por la Mancomunidad Valle del Jerte

Dicen que, por ese gesto de amor, desde entonces, durante la última quincena de marzo y las dos primeras semanas de abril, todo el Valle del Jerte se viste de blanco, un blanco que, después, entre mayo y agosto, las cerezas maduras pintan de rojo.

Visitar el Jerte en esta época, cuando la escasa nieve que queda en las cumbres se funde a lo lejos con el blanco impoluto de los cerezos en flor, es todo un regalo para los sentidos.

Fotos cedidas por la Mancomunidad Valle del Jerte

Paseando entre los cerezos, mientras el viento arranca los primeros pétalos de sus flores y los deja caer sobre nuestras cabezas como nieve ligeramente perfumada, desborda nuestra imaginación y nos hace mirar de reojo por si La Serrana de la Vera, traspasa la frontera de sus dominios y aparece detrás de algún cerezo.

Desde hace muchas generaciones, los viejos de la zona, cuentan que por la cercana comarca de la Vera, deambula La Serrana, una mujer enorme, con cabello tan largo que casi le llega a los tobillos y que despechada por haber sido abandonada por el novio con el que estaba a punto de casarse, espera la oportunidad para secuestrar y después hacer desaparecer a los hombres que, incautos, cometen la osadía de acercarse a ella.

Fotos cedidas por la Mancomunidad Valle del Jerte