Un agente víctima ETA: El intento de atentado "me fastidió la vida”

El agente de la guardia civil al que la banda terrorista ETA intentó asesinar en el año 2000 en Cintruénigo (Navarra) con un explosivo colocado en un macetero en una vivienda en la que ya no residía, ha declarado que, aunque ya no vivía ahí desde hacía cuatro años, ese intento de atentado le "fastidió la vida".

La Audiencia Nacional ha comenzado este miércoles el juicio contra Jose Ignacio Guridi Lasa, alias "Xabi", por el intento de asesinato del agente cuando el acusado integraba el comando Totto de ETA.

El atentado resultó frustrado al no explotar el artefacto que los terroristas ubicaron en una casa donde el agente no vivía allí desde hacía cuatro años.

La Fiscalía pide para Guridi Lasa, que se ha negado a declarar, un total de 52 años de prisión acusado de dos delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y otro de estragos terroristas en grado de tentativa, con la agravante de reincidencia, así como la prohibición de volver al pueblo en ocho años.

Durante su declaración, el guardia civil al que ETA intentó asesinar ha relatado cómo se enteró de que le habían puesto un artefacto en su antiguo domicilio. "Me llamó un compañero explicándome que probablemente me habían puesto una bomba en la casa donde vivía en 1996".

Todo esto "me fastidió la vida", ha relatado entre lágrimas.

Fueron miembros de la propia banda terrorista la que entre los días 9 y 12 de noviembre de 2000 realizaron varias llamadas al diario Gara en San Sebastián para avisar de la colocación del artefacto explosivo.

El agente al que iba dirigido explicó a sus compañeros que el único sitio donde podía estar colocado fuera de la casa era en un macetero, pero no lo encontraron.

Fue tres meses más tarde cuando una anomalía en una jardinera del alféizar del domicilio alertó a los agentes, que descubrieron el explosivo, de 10,4 kilos y de origen francés, como el que la banda terrorista utilizaba entonces de manera asidua para cometer los atentados.

Según el perito especialista en desactivación de explisvos, se trataba de un artefacto temporizado con un dispositivo electrónico y un reloj despertador.

Estaba previsto que explotase a las cinco de la mañana, pero un fallo en la configuración hizo que no detonara.

La mujer que vivía con su familia en el adosado de Cintruénigo en ese momento ha relatado que cuando los agentes llegaron a su domicilio les explicó que hacía tiempo que no revisaba las plantas, ya que "era invierno y solo plantaba en primavera".

El juicio continúa mañana con la declaración de más testigos. EFE

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