Ana Julia insultó al cadáver de Gabriel mientras lo llevaba en el coche
Cavó un hoyo "previamente" a la muerte del menor y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El juez de Almería Rafael Soriano asegura en su auto de prisión de Ana Julia Quezada, la mujer de 43 años y origen dominicano acusada del asesinato del niño de ocho años Gabriel Cruz, que cavó un hoyo "previamente" a la muerte del menor y luego quiso deshacerse del cadáver en un invernadero. Ana Julia, que está en prisión por asesinato, detención ilegal y un delito contra la integridad moral, trazó un "macabro plan criminal" y luego se intentó dotar de una coartada —que hubo una discusión previa con el menor—, que tanto la Guardia Civil como el propio juez instructor desmontan en base a las pruebas recabadas.
Entre estas pruebas figuran "expresiones vejatorias" vertidas por la asesina confesa contra el cadáver del menor cuando lo transportaba y fue posteriormente detenida. En el auto, al que ha tenido acceso COPE, se remarca la sucesión de los hechos. En concreto, el documento subraya que "aprovechando un momento en que se había quedado sola, se trasladó de nuevo al cortijo de Rodalquilar, desenterró el cuerpo del niño, lo introdujo en el maletero, expresando su intención de deshacerse del cuerpo en un invernadero, y vertiendo expresiones vejatorias, que no hacen sino acrecentar la carga de las pruebas incriminatorias contra la detenida".
Aquel 27 de febrero, Gabriel Cruz estaba en Las Hortichuelas (Níjar) en casa de Carmen, su abuela paterna, para pasar el puente del Día de Andalucía (28-F). Ana Julia Quezada, pareja entonces de su padre, comió con Gabriel y con Carmen. Al terminar, el pequeño quiso ir a jugar con sus primos, como era habitual, a casa de su tía Rosa, que está a cien metros por un camino de tierra. Se marchó con la promesa de volver a merendar, algo que no hizo nunca porque no llegó al destino. Ana Julia salió «unos diez minutos después» de la casa de Carmen y lo alcanzó antes de llegar a la vivienda de sus primos. El auto de prisión de la autora confesa de la muerte de Gabriel asegura que la dominicana, «mediante engaño o promesa» le dijo al niño que iría «prontamente a jugar con sus primos» para trasladarlo a la finca de la familia de su padre, según el documento entre las 15.34 y las 15.45 horas de aquella tarde, y allí matarlo.
Ambos fueron a la propiedad de Rodalquilar (Níjar), a unos cinco kilómetros de Las Hortichuelas, para cometer el «macabro plan criminal». El auto revela que lo asfixió con sus propias manos hasta provocar su muerte, lo desnudó parcialmente, lo trasladó al jardín y lo enterró en un lugar «donde previamente había hecho un hoyo con una pala». Disimuló la tumba con piedras ornamentales de jardín y unos tablones, según los detalles aportados por la Guardia Civil. El auto dice que, tras asesinar a Gabriel con alevosía, siguió con su plan y se mantuvo en el cortijo de Rodalquilar haciendo unas tareas de pinturas que le sirvieran de coartada.
El 11 de marzo, Ana Julia desenterró a Gabriel. Lo introdujo en el maletero del Nissan Pixo gris «con la intención de deshacerse del cuerpo en un invernadero», según lo recogido en el auto, y «vertiendo expresiones vejatorias». Según el juez, los insultos al pequeño asesinado «no hacen sino acrecentar las pruebas incriminatorias contra la detenida y revelan, presuntamente, una falta de sentimientos y humanidad que ella misma ha calificado y que, de ser ciertas sus palabras, sería pura crueldad».