La candidatura olímpica de Madrid liderada por Arias Navarro que cayó en el olvido
Pocos recordarán que España podría haber albergado los Juegos Olímpicos de 1972: el régimen franquista apenas puso interés en organizar el evento
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Seguro que muchos recuerdan con claridad los intentos más o menos recientes de Madrid por ser sede de los Juegos Olímpicos: 2012, 2016 y 2020. Sin embargo, hubo una candidatura anterior de la capital española en pos de albergar el mayor evento deportivo del planeta. Y fue mucho antes de que la pregunta de Alberto de Mónaco, el sorpasso de Río y el “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” tuvieran lugar. Con la exhumación de Franco aún reciente, quizá se haya pasado por alto que su régimen llegó a albergar ciertas aspiraciones de organizar la cita olímpica de 1972.
Fue a mediados de los años 60, cuando España empezaba a asomar la cabeza a nivel internacional y con Carlos Arias Navarro, futuro presidente del Gobierno, como alcalde de Madrid. Un congreso del Comité Olímpico Internacional (COI) celebrado en la ciudad en octubre de 1965 lo inició todo. Su mismísimo líder, Avery Brundage, dio a entender entonces a los dirigentes del Comité Olímpico Español (COE) que había posibilidades para España en la carrera olímpica del 72.
Apenas quedaban unos meses para elegir la sede de los XX Juegos Olímpicos, así que tocaba trabajar contrarreloj. Tras el sí de Madrid, hubo cierta polémica con Barcelona, que también quiso optar a ser la candidata española. La balanza se decantó en favor de la capital de una forma un tanto peculiar, con la reunión decisiva del COE celebrándose el día de Nochebuena y sin saberse el orden del día. ¿Conclusión? Ni Juan Antonio Samaranch (futuro máximo responsable del COI y uno de los principales impulsores de la candidatura barcelonesa) ni muchos miembros catalanes del COE pudieron acudir. Ni decidir.
Ya sin rival nacional (a lo anterior hubo que sumar que Barcelona quedó relegada a hipotética subsede de vela), Arias Navarro firmó la carta que oficializó la candidatura olímpica de Madrid. El escritor José María Pemán colaboró en la elaboración del dossier, enviado junto a un cuestionario respondido sin entrar en muchos detalles. Se emplearon unas cuantas fotografías de lugares madrileños icónicos e incluso un cortometraje de 15 minutos como gancho.
(exhibición).
. Otras como un velódromo, una piscina olímpica o un pabellón polideportivo se habrían construido cerca de la Casa de Campo, con el Estadio Olímpico en Ciudad Universitaria y la Villa Olímpica cerca de Fuencarral.
Sin embargo, el desinterés primó en todo momento. En abril de 1966, días antes de que por fin se eligiese la sede olímpica de 1972, la prensa española difundió que Madrid retiraría su candidatura. Los motivos eran económicos, ya que el gasto público a asumir se consideraba excesivo. Aunque el proyecto siguió adelante, lo hizo sin pena ni gloria. Arias Navarro delegó en su teniente de alcalde y no acudió a Roma para conocer el veredicto del COI en su 64ª sesión. Además, las patas de la maqueta de Madrid para su presentación en este evento tuvieron que ser serradas para que esta entrase en el avión.
A pesar de tener la peor puntuación técnica (compitió contra Detroit, Montreal y Múnich, la ganadora), Madrid fue la segunda ciudad más votada para organizar los Juegos del 72 (16 votos frente a 31). La “inseguridad creada en torno a la presentación de la candidatura española” y la “decisión final, en el último momento” de presentarse entre rumores de un posible abandono jugaron en contra. Así se lo expuso a Franco el embajador español en Roma. Paradojas del destino: Samaranch fue elegido miembro del COI en aquella sesión del ente olímpico que puso fin a Madrid 1972 y empezó, de alguna manera, a dar forma a Barcelona 1992.