Casado, un militante de base "para rearmar ideológicamente al PP"
Su programa encarna los valores tradicionales del partido, como la defensa de la familia, la unidad de España o la bajada de impuestos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Dicen que se puede deducir la sensibilidad ideológica de uno en función de las personas de las que se rodea. Es el caso de Pablo Casado. Criado en los círculos más jóvenes del Partido Popular desde su incipiente juventud, este palentino de 37 años llegaba a las primarias por la presidencia del PP "para rearmarlo ideológicamente". Como él mismo ha dicho, “es el candidato que menos gusta a la izquierda”.
El ya Presidente del Partido Popular abraza la ideología liberal que le inculcaron sus mentores, José María Aznar y Esperanza Aguirre. A pesar de que es el candidato más joven, su programa encarnaba los valores tradicionales del PP, como la defensa de la familia, la unidad de España o la bajada de impuestos. Su baza ha sido romper con la etapa anterior y reubicar con nitidez a los populares en el centro derecha.
Apasionado de la política, en 2003 entró en la formación movido por su admiración hacia Esperanza Aguirre. Sus superiores pronto le vieron madera, hasta el punto de que solo dos años más tarde -con 24- se convertía en presidente de Nuevas Generaciones de Madrid y asesoraba al entonces consejero de Justicia e Interior Alfredo Prada. Sus discursos, afilados contra las políticas de Rodríguez Zapatero, no pasaron desapercibidos para Aznar, que lo fichó como director de su gabinete.
Con la llegada de los rostros jóvenes de la “nueva clase política”, Rajoy le encargó transmitir los mensajes del PP frente a los partidos que empezaban a despuntar: Ciudadanos y Podemos. Un Casado con recorrido, pero que hasta entonces había pasado desapercibido para el gran público, comenzaba a despegar.
“Me siento orgulloso de haber trabajado con Aznar y Rajoy”, ha dicho en distintas ocasiones. Su cualidad ha sido nadar entre dos corrientes y salir ileso. Quienes lo conocen señalan que huye del conflicto y destacan su carácter ambicioso. Por eso, apuntan que antes de presentarse a las primarias consultó con ambos expresidentes, pues no le gusta crearse enemigos.
EL MÁSTER, UNA PIEDRA EN EL CAMINO
Siempre en las quinielas, ya fuera a la Casa de Correos o al Palacio de Cibeles, las sospechas se han cernido en torno a este abogado y economista por las dudas que sobrevuelan su currículum. Actualmente, un juzgado de Madrid investiga presuntas irregularidades en el máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos bajo la dirección del catedrático Enrique Álvarez Conde, principal implicado en el “caso Cifuentes”.
Casado siempre ha defendido su honorabilidad, achacando a una suerte de mano negra el inicio de la investigación, aunque de confirmarse los hechos, la polémica de nuevo mancharía las siglas del PP.
PUGNA CON SANTAMARÍA
El vicesecretario de Comunicación fue el precandidato que más avales consiguió a pesar de no contar con el respaldo de la aristocracia del partido, dividida entre Cospedal y Santamaría. Tras quedar segundo en la primera vuelta, logró el apoyo de los compromisarios que apoyaron a la exministra de Defensa hasta sumar más que la exvicepresidenta.
A Santamaría le ha reprochado que utilice su condición de mujer para hacerse con las riendas de Génova. “Ceñir esta campaña a qué sexo tiene cada candidato no conduce a ningún sitio”, ha declarado, incidiendo en que esos postulados son propios de otras ideologías.
En la última semana, Casado ha recibido el apoyo público de muchos de los pesos pesados del Gobierno de Rajoy, entre ellos el de su antigua rival Cospedal, y el de otros exministros como Zoido, Catalá o Dolors Montserrat. Su propósito es mirar hacia el pasado para construir el futuro.