Alemania, Italia o Francia: ¿Cómo funcionan los sistemas de pensiones en Europa?

Portugal y Francia han resistido a reformar sus sistemas, pero se han visto obligados a hacerlo. En Alemania el grado de generosidad de las pensiones es algo mayor que la media

¿Cómo funcionan los sistemas de pensiones en Europa?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Uno de los temas que sigue generando un gran debate en España es el de las pensiones y su sostenibilidad. Son muchas las voces expertas que ya alertan sobre las dificultades que tendrán que regatear las próximas generaciones para poder aspirar a conseguir la retribución por la jubilación. Al ritmo que presenta hoy la sociedad, será dentro de 30 años cuando habrá 1,5 cotizantes por cada pensionista. Por tanto, y para mantener el sistema, se necesitarán 2,5 personas que aporten su parte impositiva para cada jubilado.

Casi todos los países enfrentan en la actualidad dos problemas demográficos: el aumento de la esperanza de vida y una composición poblacional por edades muy variable debido al 'Baby Boom', vital hasta la década de 2050 y lo que significa un reto sin precedentes para un sistema público de pensiones que está en números rojos.

Aunque en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) existe una gran variedad en el diseño de los Sistemas de Pensiones, la capacidad para ajustarse a los cambios en el aumento de la esperanza de vida varía dependiendo del sistema y resulta un factor clave para consolidar esa anhelada sostenibilidad.

¿Cuáles son los distintos sistemas de pensiones?

Según Alfonso R. Sánchez, investigador asociado a la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), “el 50% de países de la OECD vinculan sus pensiones a la esperanza de vida a través de tres posibles sistemas institucionales: pensiones de contribución definida, como ocurre en Chile o México; sistemas de cuentas nacionales, como en Suecia, Noruega, Letonia o Polonia; o sistemas de prestación definida con mecanismos de ajuste automático, que vincula la esperanza de vida al nivel de pensión, como ocurre en Finlandia o en Alemania, o a la edad de jubilación, imperante en países como Portugal o Dinamarca”.

Según el experto en pensiones, “Eslovaquia y España anunciaron mecanismos de este último tipo, pero han dado marcha atrás en su aplicación, como también lo ha hecho Italia, quienes han modificado las condiciones de estos sistemas en los últimos años”.

Desde FEDEA ven imprescindible la introducción de nuevas medidas que vayan orientadas a garantizar la sostenibilidad. La Fundación ya advirtió recientemente que la derogación de la reforma ejecutada por el Partido Popular en el año 2013 sin medidas compensatorias “significaría un aumento representativo del gasto futuro en pensiones, un alza que estiman en torno a 3,2 y 5,2 puntos de PIB”. Una presión sobre las cuentas del Estado muy contundente.

El ajuste a la esperanza de vida en los distintos países comunitarios está bastante extendido, aunque el panorama es más complejo, ya que “muchos han acudido a mecanismos de ajuste no-automáticos para hacer frente al aumento en la esperanza de vida. En Reino Unido, por ejemplo, se han introducido aumentos discrecionales en la edad legal de jubilación que reproducen el aumento esperado en la esperanza de vida. En Dinamarca se aplicará la indexación de la edad legal a la esperanza de vida una vez que terminen de implementarse los aumentos ya programados en la edad legal de jubilación”.

El experto en pensiones, añade además que “en algunos países también se ha indexado el nivel de pensiones al estado financiero del sistema a corto plazo o a sus ratios de cotizantes a pensionistas, como en Alemania o Suecia. El IRP en España encaja en esta categoría”.

En conjunto, podemos decir que una mayoría de países en la OECD tienen sistemas en que los niveles de pensiones o las edades de jubilación, de modo automático o con ajustes discrecionales, son sensibles a los aumentos en la esperanza de vida. “Francia Alemania y Portugal son países con sistemas de prestación definida con similitudes al caso español y que enfrentan un envejecimiento poblacional importante, aunque menos intenso que el nuestro”, asegura Alfonso R. Sánchez.

Portugal y Francia: dos países que se han resistido a las reformas

Estos son buenos ejemplos de las distintas estrategias posibles con las que afrontar el aumento en el gasto futuro en pensiones, aunque el investigador asegura que “no discute el caso de Italia por su complejidad de reformas y contrarreformas y su apuesta por un sistema de cuentas nocionales. Alemania, como Suecia, se enfrentó al problema hace décadas y ha mantenido su sistema bastante estable con algunos cambios paramétricos. Portugal y Francia han resistido tenazmente a reformar sus sistemas, pero ambos se han visto obligados a hacerlo: Portugal tras la crisis financiera desatada por la crisis de la deuda soberana europea de 2013 y Francia más recientemente por el elevado nivel de gasto”.

“En todos los casos son países con sistemas de pensiones públicas grandes, en que las tasas de pobreza de mayores están muy por debajo de la media de la OECD. El grado de generosidad de las pensiones es, sin embargo, variable: en Alemania el grado de generosidad media de las pensiones es sólo algo mayor que la media de la OECD, mientras que en Portugal y Francia es notablemente superior”, matiza. “Francia se ha caracterizado por la jubilación temprana de sus mayores, de modo que la fase de inactividad ocupa una gran parte del ciclo vital del adulto. Esta situación es menos acuciante en España, Portugal y Alemania, por este orden”.

Alfonso R. Sánchez destaca también que “Francia tiene un sistema con dos pilares de pensiones: un régimen general con bastantes similitudes a nuestro sistema y un pilar ocupacional que depende de la empresa. En su régimen general, las pensiones dependen de los años cotizados e ingresos en los 25 años previos y de la edad de jubilación. Frente a la estrategia de ajustes discrecionales de Francia, Portugal y Alemania han respondió a sus elevados niveles esperados de gasto en pensiones implementado sistema de ajuste automático. En Alemania, por su parte, la pensión se calcula con un sistema de puntos que incluye un ajuste automático muy distinto al portugués”.

Un mensaje que parece claro sobre esta comparativa internacional es que, aunque hay una variedad de gasto en pensiones entre países, los países que enfrentan un envejecimiento muy elevado por el aumento de la esperanza de vida no pueden escapar a reajustar el nivel de gasto en pensiones. “Esto es un mensaje importante para España que busca mitigar el aumento del gasto con ajustes paramétricos menores en las contribuciones máximas o en las penalizaciones de jubilación. No parece una estrategia viable a largo plazo, que debe basarse en la transparencia y una perspectiva que contemple a todas las generaciones involucradas, culmina el investigador.

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