La confidencialidad de un alumno contagiado por la covid-19: las claves para entender su situación

Es una situación en la que en estos días se están viendo envueltas muchas familias. Niños y adolescentes en cuarentena, en su casa, con su aula cerrada tras detectarse un caso de coronavirus. Este tipo de situaciones generan que muchos busquen 'culpables', que se quiera saber con nombres y apellidos el nombre del estudiante que ha obligado a confinar una clase.

Comentarios y rumores de WhatsApp aparte para evitar 'señalamientos' públicos la ley es clara en este aspecto. La confidencialidad del alumno contagiado debe prevalecer sobre todo lo demás. Noemí Brito, abogada experta en Derecho Digital, nos ha contado en COPE que ya antes de que estallara esta pandemia todos los centros educativos españoles debían de seguir lo marcado por la Agencia Española de Protección de Datos. Ésta realizó una guía específicamente para ellos. Brito nos cuenta que 'se quería aclarar así distintas polémicas que habían ido surgiendo como la captación de imágenes en los recintos o la comunicación de datos de menores'.

Es por ello por lo que esta letrada recomienda que en los protocolos de vuelta al colegio figure específicamente que la detección de positivos dentro de él esté basado en la confidencialidad. 'Con ello se podrá comunicar correctamente a los padres afectados por un contagio y también a las autoridades sanitarias'. Estamos ante una información tan sensible que para comunicar estos datos, nos recuerda, 'tiene que haber una legitimación'. Para ella 'en este tipo de casos se tienen que hacer evaluaciones periódicas en materia de impacto de protección de datos para que de alguna manera siendo menores y tratándose de datos de salud se adopten las mejores medidas'.

Los centros también deben conocer si entre sus alumnos hay alumnos en cuarentena -bien por haber dado positivo o por estarlo de forma preventiva- pero que no lo han comunicado. Por ejemplo, en el inicio del curso en Mallorca los directores de varios colegios pidieron a los inspectores de Educación que accedieran a esa información por seguridad. Noemí Brito asegura que 'hay que tener especial cautela desde el punto de vista de seguridad de la información. Uno de los principales puntos que ahora mismo se están planteando es que estos protocolos tienen que incluir pautas sobre su conservación. Se está produciendo un aumento exponencial de hechos en relación con el número de ciberataques. Se puede utilizar esta información por otro lado'.

Esta letrada asegura que cada centro debe tener un delegado de Protección de Datos. 'Los colegios son de las pocas entidades que por ley deben tenerlo. Hace de punto de control, de elemento de enlace entre el centro educativo y los afectados. En este caso los padres de los menores y ellos mismos. También con las autoridades'.