Cuando todos miraron a Araceli: un año de la primera vacuna contra la covid-19 en España
Se convertía en la primera española en vacunarse contra la covid-19 en España que manifestaba el deseo de que el virus nos dejara en paz
Madrid - Publicado el - Actualizado
6 min lectura
Este lunes se cumple un año de aquel momento imborrable para la historia: Araceli, de 96 años y residente en un centro de mayores, se convertía en la primera española en vacunarse contra la covid-19 en España que manifestaba el deseo de que el virus nos dejara en paz. Su anhelo, que era el de todos, no ha acabado de cumplirse si se tiene en cuenta que España está inmersa en la sexta ola de la pandemia y que las familias vivirán de nuevo las navidades en medio de récords de contagios e incertidumbre.
Pero lo cierto es que ya hay casi 38 millones de españoles con doble dosis de la vacuna, en torno al 80 % de la población, que los niños han iniciado el camino a la inmunización y que buena parte de los mayores de 60 años ya tiene puesta la dosis de refuerzo. La vacuna, que no ha encontrado apenas detractores en España, ha salvado según los expertos unas 100.000 vidas y ha evitado que los contagios no se traduzcan en hospitalizaciones y muertes.
Porque aunque su efectividad disminuye de forma progresiva con los meses, a día de hoy en todas las edades la protección sigue siendo alta, sobre todo en la prevención de la hospitalización, donde la reducción del riesgo para los vacunados está en torno al 90 por ciento. Una vez demostrado que la inmunidad de grupo era una quimera, los expertos y el Gobierno ponen el foco en la necesidad de acelerar el proceso.
El nuevo objetivo es que el 80 % de la población entre 60-69 años esté vacunada con la tercera dosis antes de que finalice el año, entre los 50 y 59 años en la semana del 24 de enero, y los de entre 40 y 49 años en la primera semana de marzo. Además, aspira a que en la semana del 7 de febrero el 70 % de los niños de 5 a 11 años tengan la primera dosis, y la segunda en la del 19 de abril.
Detrás del éxito de la campaña de vacunación española están los expertos en epidemiología, salud pública, atención primaria y enfermería, entre otros, con cuyos representantes ha hablado EFE sobre su trabajo en el año de la vacunación masiva.
"La llegada de la vacuna fue el claro más espléndido y luminoso del año. Esa imagen vacunando a doña Araceli fue profundamente emocionante y pasará a la historia sanitaria de nuestro país. El momento más oscuro es que, a pesar de que nos hemos convertido en el país con las coberturas más poderosas del mundo, nos hemos visto con una sexta ola que está pegando duro, muy duro, y que se va a traducir en un mes de enero muy complicado", resume para EFE el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas.
García Rojas, que es uno de los expertos asesores de la estrategia de vacunación, confiesa a EFE que llega a final de año "muy cansado" y un tanto decepcionado porque los políticos pongan en la cesta de la vacunación "todos los huevos, o casi todos" de la lucha contra la covid. No obstante, pone en valor que gracias a la vacunación masiva se han logrado mitigar no solo las muertes sino los procesos graves, aunque no la infección.
"Las vacunas funcionan pero llegan hasta donde llegan. Hay que poner el acento en el discurso preventivo que se ha ido perdiendo: mascarilla, distancia física, higiene y ventilación. Y también que las autoridades sanitarias tomen las medidas oportunas en los espacios cerrados donde confluimos muchas personas y nos quitamos la mascarilla", reclama.
El esfuerzo de los profesionales ha sido "tremendo" porque, explica a EFE, el sistema sanitario estaba "muy debilitado". "El ejercicio de sensibilidad de los profesionales de Salud Pública ha sido brillante. Hemos echado muchísimas más horas de las que podíamos y debíamos por responsabilidad pero eso ha ocasionado que estemos muy cansados, aunque dispuestos a seguir adelante".
El 2022 se incorporará la vacuna Novavax, de mucho potencial para los países en desarrollo -dice- a los que es urgente incorporar al proceso de vacunación. "Esto se va a acabar, lo vamos a conseguir. Esta situación dramática va a terminar y vamos a intentar que sea más pronto que tarde", confía.
El vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Óscar Zurriaga, define el 2021 como un año histórico que en el que se ha conseguido una vacunación por encima de lo esperado.
"No se había producido algo así nunca en la historia de la humanidad y eso permite que ahora no estemos hablando de una enorme cantidad de fallecimientos y de UCI colapsadas. Hay que agradecer a la sociedad española su generosidad de vacunarse sin los problemas de otros países y hay que reclamar que llegue a todos los sitios del mundo por igual", expone.
El momento más esperanzador ha sido para él ver las altas cotas de vacunación alcanzadas. "La decepción es no haber podido evitar una ola más y no saber si podremos con la siguiente", explica a EFE este experto que también es profesor de la Universitat de València.
El objetivo ahora debe ser, en su opinión, "controlar la enfermedad, que no sea un gravísimo problema, sino uno más". "Y aunque no estoy muy seguro de que se vaya a producir, espero que aparezca en el horizonte de 2022 una nueva vacuna que pueda ser esterilizante y podamos permitirnos pensar de otra manera", confía.
Jaime Pérez Martín, especialista en Salud Pública, es miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Vacunología. Define este 2021 como un año "trepidante, agotador y apasionante al mismo tiempo".
"Hemos participado en un proceso que ha salvado muchas decenas de miles de vidas. Se dice pronto, pero, según las últimas estimaciones, hay 100.000 personas que viven gracias a la vacunación", dice sobre su experiencia laboral de este último año.
Pide a la población no decepcionarse ante los contagios de personas que están vacunadas porque los sueros sí funcionan: "No tenemos una vacuna como la del sarampión, así que la inmunidad de grupo no va a llegar a través de esta vacuna, pero sí que consigue una reducción de la mortalidad del 90 por ciento y eso es un dato importantísimo".
Y pone como ejemplo que la tosferina sigue circulando pero gracias a la vacunación sus efectos son menos graves. "Hay que estar agradecidos y orgullosos y aprender a convivir con el virus. Hay una parte de la población que vive con unos niveles de ansiedad muy altos y tenemos que intentar rebajarlos, sin caer en la dejadez", señala a EFE Pérez Martín.
Las enfermeras como Inmaculada Cuesta, del Consejo General de Enfermería, han vivido un año frenético. Se pusieron a administrar vacunas buscando la seguridad, el trabajo bien hecho y "poniendo el corazón" para empatizar con las personas a las que vacunaban.
Fue difícil para ellas familiarizarse con los sueros. "Era un producto nuevo, que necesitaba una manipulación previa que se tenía que hacer correctamente", explica esta enfermera, que recuerda al principio momentos de confusión.
"Primero llegaron unas vacunas, después otras, luego otras... Y también tuvimos que adaptarnos a las decisiones sobre dónde se administraban. No es lo mismo vacunar en un centro médico que hacerlo de forma masiva en centros grandes y montar la infraestructura en un tiempo récord", recuerda.
El reto es ahora seguir con la vacunación infantil. "Una enfermera tiene que empatizar con el padre, la madre, el tutor y sobre todo con el niño, para que no lo recuerde de forma traumática".