Elecciones en Castilla y León: ¿En qué estado de forma llegan PP, Vox y Ciudadanos?

Los comicios regionales se han convertido en un importante termómetro a nivel nacional y la oposición, consciente de ello, sale con todo

Hemiciclo de las Cortes de Castilla y León

Juan Andrés Rubert

Publicado el - Actualizado

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Castilla y León vive desde este viernes su primer día oficial de la campaña electoral de los comicios del próximo 13 de febrero. Esta es una jornada que servirá de telón y antesala de un intenso fin de semana. Se espera la participación en mítines y actos de partido de los principales líderes políticos nacionales. Porque esa es una de las claves de estos comicios, ya que estas elecciones regionales se presentan como un termómetro para medir cómo puede ser el estado de salud de las diferentes formaciones políticas a nivel nacional.

El rival que batir en España es Pedro Sánchez, y una derrota del PSOE en Castilla y León sería otro revés al socialismo, que podría revertir la tendencia electoral en nuestro país. La oposición, consciente de ello, sale con todo. Las encuestas señalan que el Partido Popular ganaría estas elecciones autonómicas, pero todo puede pasar. Lo más probable es que el partido ganador tenga que depender de otras formaciones políticas para poder formar Gobierno. Pero ¿cómo llegan los partidos de la oposición a esta cita electoral? ¿Cuál es su estado de salud?

Partido Popular

Son los principales favoritos para ganar las elecciones, así lo señalan todas las encuestas, a excepción del CIS, que todavía se muestra reticente a mostrar un cambio de tendencia y sigue eligiendo al PSOE como ganador de los comicios. El resto de barómetros le dan una victoria holgada al líder popular en esta región Alfonso Fernández Mañueco.

Pero será una victoria con matices. Desde las filas del PP son conscientes de que la mayoría absoluta es difícil y harto complicada, pero tratarán de sumar más votos que todo el bloque de la izquierda. Esa es la principal premisa. No quieren depender del 'sí' de Vox, de ninguna de las maneras, ni de sus exigencias. Tampoco contemplan el escenario de que los de Santiago Abascal reclamen su cuota de poder, en caso de que el PP saque menos de lo que tienen previsto.

Les preocupa, por otro lado, que una baja participación o un exceso de confianza en su electorado acabe lastrando sus objetivos y llaman a una participación masiva. El líder nacional, Pablo Casado, ya está metido de lleno en la campaña electoral y vende el mensaje que triunfó en Madrid. Otra vez el modelo de Isabel Díaz Ayuso. Lo ven como un examen o ensayo de unos futuros comicios generales, en el que aplican la estrategia de aglutinar en torno al PP el voto del centroderecha.

Vox

Ni regalar votos, ni ser muleta de nadie. Vox arriba a Castilla y León con las expectativas altas y con la firme intención de ser decisivos en el bloque de la derecha. Elevan, además, sus exigencias. Ya no solo contemplan dar su apoyo sin más, con tal de que la izquierda no se haga con el poder.

De hecho, no descartan pedir cuota de gobierno en vez de apoyar desde fuera a cambio de algún compromiso concreto y puntual, como han hecho hasta ahora en comunidades autónomas como la de Andalucía o en la Comunidad de Madrid. En las últimas semanas, el propio partido lo reconocía, incluso, a través de diversas entrevistas. Dejaban caer que podía ser probable que apretaran aún más en las negociaciones para dar luz verde a la investidura de un Ejecutivo formando parte de él.

Confían en sacar más votos de lo que pronostican las encuestas, que les dan un resultado que consideran óptimo como punto de partida, pero quieren más. Estos comicios les servirán también para medir su estado de salud en una región donde concentran muchos votos a nivel nacional. La formación va a poner toda la carne en el asador, y buena prueba de ello va a ser la presencia del propio Abascal en las nueve provincias de Castilla y León.

Ciudadanos

Saben que pierden poder y se desangran electoralmente cada vez que acuden a las urnas. Castilla y León es la esperanza para Ciudadanos, región en la que esperan revertir la tendencia. La negociación de la reforma laboral a nivel nacional también les ha hecho verse un poco más implicados en la brecha mediática que en los últimos meses. Tener un poco más de influencia, o recuperar parte de la perdida.

La esperanza de la formación naranja reside en no seguir la senda de la Comunidad Madrid, donde el PP, más concretamente el fenómeno Ayuso, arrasó con ellos. Se aferran a los resultados de las encuestas, y la más benevolente ha sido la del CIS, que reflejaba un frenazo significativo en su sangría de votos. Esperan, por lo menos, poder tener algo de decisión en la llave que facilite un gobierno en Castilla y León, con la puerta de cerrada de par en par al popular Mañueco.

Esta cita puede suponer un revulsivo para que la formación levante cabeza o ahondar aún más esa caída libre que, de momento, parece no tener fin.

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