El Gobierno pone el liderazgo de Aragonés bajo tutela de Junqueras

Otro trágala de Pedro Sánchez en su temeraria hoja de ruta de la mano del separatismo. En nombre de la “convivencia” o la “concordia” sobre la que la maquinaria de La Moncloa basa los pasos. Pero las apelaciones a la “audacia” presidencial se diluyen ante la exigencia de ERC de sentar a Oriol Junqueras a la mesa de diálogo. No cuadra su presencia a La Moncloa. Sin embargo, tampoco osan descartar ese blanqueamiento definitivo del líder secesionista.

Compartir el Gobierno de España espacio de diálogo con el principal condenado ante el golpe del 1-O representaría una genuflexión más. Ante tal tesitura, el Ejecutivo ha apostado por alejar la convocatoria del foro bilateral y lo ha hecho en medio de las dudas ya existentes sobre la oportunidad de añadir esa instantánea a la de la concesión de los indultos a los líderes del procés, teniendo además entre sus manos la reforma a la baja de los delitos de sedición y rebelión. El cúmulo de cesiones ya ha permitido al Gabinete de Sánchez tachar de “prematura” o “especulativa” la composición de las delegaciones, incluyendo a Junqueras.

La apuesta por Oriol Junqueras cogió con el pie cambiado a La Moncloa, pues, aseguran, en ningún momento había sido siquiera sugerida en sus contactos discretos con ERC. Quieren creer que tal idea es un brindis al sol y acabará por ser orillada. En el complejo presidencial son conscientes de afrontar otro contratiempo. Así, prefieren hablar de una difícil tesitura para Pere Aragonés ante el riesgo de proyectar una imagen de tutelado por su jefe de filas, cuando aún debe además “posicionarse” como nuevo presidente de la Generalidad de Cataluña.

Ahora bien, corresponde a cada una de las partes decidir la composición de su delegación en esa mesa de diálogo. Aunque la interlocución sea entre gobiernos, en la anterior y única cita del foro ya hubo asistentes por la parte separatista que no eran miembros de la Generalidad catalana. En su manera de lanzar la pelota hacia adelante, el Ejecutivo deja caer apelaciones a Aragonés a mostrar su “liderazgo”. Los recados vienen rebotando contra el muro independentista. Aragonés empuja a Sánchez a adoptar decisiones y hacerlo cuanto antes. La cuenta atrás sigue en marcha.