OPINIÓN

Hipócritas y egoístas de balcón

Dejan notas vergonzosas en las puertas de enfermeras, médicos, bomberos o cajeras diciéndoles que se vayan a vivir a otra parte 

Hipócritas y egoístas de balcón

Ana Luisa Pombo

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Cada noche, cientos de miles de personas, nos asomamos a ventanas y balcones para aplaudir, para dar las gracias a todos esos que se están jugando su vida para rescatar las nuestras de las garras del Covid-19. Pero no es agradecimiento todo lo que reluce. 

Entre esos cientos de miles que aplaudimos, están los hipócritas egoístas de balcón, esos que aplauden para dejarse ver y que, después, dejan notas vergonzosas en las puertas de enfermeras, médicos, bomberos, cajeras...., diciéndoles que se vayan a vivir a otra parte porque no los quieren en su edificio. 

Esos fariseos desagradecidos, no quieren de vecinos a quienes se dejan la piel por ellos, por todos, pero sí los quieren para que les lleven la compra a casa, que les cobren en la caja del super, que les repartan mascarillas, hagan miles de kilómetros para que las tiendas de alimentación estén bien surtidas, velen por su seguridad o los cuiden cuando están enfermos.

Entre cientos de miles de buenas gentes que agradecen, agradecemos, de corazón, el sacrificio que hacen todos los que nos cuidan en esta crisis, arriesgando su seguridad, su vida y la de sus familias por sueldos irrisorios, están esos egoístas de la peor especie, resentidos, impostores que aplauden porque les mola o por airearse una vez al día, inconscientes de que algunos tufos, como el de la indignidad, son imposibles de disimular por mucho que se los airee. 

Si esos hipócritas cobardes y desagradecidos respetaran el aislamiento y se quedaran en su casa a puerta cerrada en lugar de hacer corrillos en los rellanos con los vecinos, si al bajar la basura volviesen a casa de inmediato en lugar de darse un paseíto para arrancar el coche o bajar 14 veces al perro, aprovechando para comentar la jugada con el colega de timba y porrón, si cada vez que tuvieran que salir de casa para coger el correo, a comprar o a la farmacia , tomaran precauciones, mantuvieran la distancia con otras personas, incluso usaran guantes y mascarilla y al volver se lavaran bien las manos y no como si fueran alérgicos al agua y al jabón, si hicieran todo eso, no tendrían que andar señalando a nadie cual nazis reconvertidos, ni enredando, ni poniéndose en evidencia como ejemplo de egoístas insolidarios. 

Esos hipócritas egoístas de balcón, se merecerían que cuando necesiten algo, alimentos, seguridad, medicinas o cuidados hospitalarios, nadie los atienda y los manden a casa a rumiar su estulticia y su maldad. Claro que esto no va a ocurrir porque todos los que están arriesgando su seguridad y sus vidas para preservar las de la mayoría, son infinitamente mejores personas que ellos y atenderán, incluso, a quienes  con su actitud deplorable, merecen ser aislados como apestados. 

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