Los retos del centroderecha para el 2020

Si prospera la investidura de Sánchez, a PP, Ciudadanos y Vox les espera una travesía por el desierto. Nadie augura que la legislatura vaya a ser larga pero, como decía un dirigente popular, “cuando te montas en el coche oficial, todo cambia”. Ya lo advertía el político italiano, Giulio Andreotti, “el poder no desgasta, lo que desgasta, es no tenerlo”.

Y si no, que se lo digan a Albert Rivera, que se vio obligado a dimitir por el descalabro electoral de su partido el pasado mes de noviembre. Pablo Casado podría haber seguido este mismo camino si las municipales y autonómicas de mayo no le hubieran permitido mantener parte de su poder territorial. Mucho mejor le han ido las cosas a Vox, que ha sabido ganar terreno en la zona derecha del tablero político y de ser un partido casi inexistente, ha pasado a ser la tercera fuerza política del Congreso de los Diputados.

Los tres partidos aspiran a ejercer, al menos, de parapeto contra las posibles cesiones de Pedro Sánchez a los independentistas. Y es que muchas de las leyes exigen mayorías cualificadas para cambiarse que solo pueden alcanzarse con el PP: es el caso, por ejemplo, de la reforma de la Constitución, o de la renovación del Tribunal Constitucional. Los populares pretenden, además, utilizar sus gobiernos autonómicos para contrarrestar la política económica del Ejecutivo de PSOE y Podemos, pero la “intervención” de las cuentas andaluzas ha lanzado un aviso a navegantes: el Gobierno central está dispuesto a todo para frenarles.

El PP tendrá como reto mantenerse en el centro político para poder ser una fuerza hegemónica, aunque Vox se lo va a poner más que difícil si continúa mostrándose tan fuerte. La clave está, piensan en Génova, en no dejarse arrastrar hacia la derecha. Ciudadanos tendrá un reto mayor. Inés Arrimadas intentará hacerse con las riendas del partido para volver a ser una fuerza política influyente y decisiva. El tiempo dirá si esa empresa puede ser ya posible.