La orden de Pedro Sánchez al resto del PSOE ante las ofensivas de Podemos: "Hay que mantener la serenidad"

La reforma de la ley del 'solo sí es sí' inicia ahora una tramitación parlamentaria que puede llegar hasta mediados de abril. El camino ya ha dejado escenificado el cisma del PSOE con Podemos en un bronco debate en el Congreso. La Moncloa llama a la calma en el intento de salvar del cisma las manifestaciones del 8-M.

El Gobierno llega a este 8-M más dividido que nunca tras un debate entre los socios con golpes constantes, un ambiente bronco dentro y fuera del Hemiciclo, además de la absoluta soledad del tándem Irene Montero - Ione Belarra en la bancada morada. La orden de Pedro Sánchez a los suyos pasa por conservar la calma. "Hay que mantener la serenidad", "altas dosis de templanza" y guardarse la "rabia contenida" ante las ofensivas de Podemos.

Así lo ha trasladado La Moncloa a las filas socialistas, donde impera el cabreo contra los morados y, por cierto, algún reproche en privado al núcleo duro del Presidente por la falta de planificación en el control de daños. El Consejo de Ministros de este martes ya fue suficientemente tenso, admiten desde el estado mayor gubernamental. "No vamos a darle más valor, incide el núcleo presidencial, porque cada uno se retrata con sus actos".

La órbita socialista ve a los morados "atrapados" en su negativa a la reforma de la ley del 'solo sí es sí' que ahora inicia una tramitación parlamentaria. El proceso puede llegar hasta mediados de abril, y parece cuesta arriba el camino de una entente. En el PSOE están lejos de llamarse a engaño y pocos prevén una negociación tras cuatro meses sin avances.

Con todo, la prioridad ahora es salvaguardar de una escalada verbal las manifestaciones por el Día de la Mujer. Y, de paso, alejar la idea de un fin de etapa. El equipo presidencial defiende incluso que la coalición tiene entre manos "una agenda superior" - esto es textual – que desborda cualquier "discrepancia técnica", tal y como gustan circunscribir sus diferencias con Unidas Podemos. Aunque las dos partes niegan la posibilidad de una ruptura, el cisma está servido.