El otoño caliente que preparan los CDR en Cataluña

Los radicales quieren calentar la calle entre el 1 de octubre y la sentencia del procés

Miembros de CDR se concentran alrededor de la Estación de Sants de Barcelona

Lorena Fernández

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Fuentes de los Mossos d'Esquadra hacen balance en COPE de los dos años del referéndum ilegal. Creen que la violencia irá a más y que, de momento, tienen orden de mirar para otro lado ante las constantes provocaciones de los llamados Comités para la Defensa de la República. Aseguran que muchos mandos tienen absoluta connivencia con ellos pasándoles incluso información. Y que también hay mucho miedo. 'He visto a un inspector de la policía autonómica temblar ante un miembro de la ANC'.

40% constitucionalistas, 60% independentistas. Un cuerpo policial dividido casi casi en dos. Como la propia sociedad catalana. Es lo que aseguran estas fuentes. Son mossos d'esquadra de a pie. De Gerona, Lérida, Barcelona y Tarragona que trabajan en ámbitos bien distintos y que conocen bien la realidad catalana pero que prefieren quedarse en el anonimato porque hay miedo a ser señalados. Ellos y sus familias. Aunque también nos insisten en que no es lo mismo trabajar en la Ciudad Condal, donde hay menos presión, que en ámbitos más pequeños o donde todos se conocen como Vic o Gerona.

Se pronuncian sobre la última operación contra los CDR que llevó a cabo la Guardia Civil hace justo una semana. 'No se entiende que la Guardia Civil haya tenido que actuar aquí cuando hay 17 mil agentes de una policía autonómica'. Aseguran que muchos mandos se han echado las manos a la cabeza por estas detenciones. 'Pero yo si fuera juez de la Audiencia Nacional no se me ocurriría decirles nada a los mossos. No te fías si a la vez Torra está diciendo desde la Generalitat apretad, apretad. Es el propio gobierno catalán el que azuza la violencia. Demuestra la ineficacia y la falta de voluntad. Los servicios de información no hacen nada'.

Y se centran en esa ineficacia para asegurar que ante los últimos ataques, manifestaciones o concentraciones de los CDR se mira para otro lado. 'Tenemos orden de no hacer nada. Desde un mes para acá se respira cierta tensión, especialmente entre la cúpula y los mandos. Hemos ido a concentraciones que ha habido tras la detención de los CDR y ya nos dicen como en 2017 que ante gente violenta que no actuemos, que dejemos el casco en las furgonetas'. Y esa orden molesta mucho porque pone en riesgo su seguridad personal. 'El casco es un elemento para protegernos. No se entiende y hay miedo a un mal mayor. La orden es acto de presencia y ya está. Hay una parte que mira encantado para otro lado, sobre todo los que tienen arraigado del tema del independentismo'.

El arriago del separatismo, por un lado, y el miedo por el otro, nos aseguran, provoca que se tenga mucha permisividad con la ANC, Ómnium Cultural u otras plataformas. 'Tienen mucho poder. Yo he visto a mi jefe, un inspector de los mossos, temblar ante un miembro sin mucho poder de la Asamblea Nacional Catalana'.

¿Qué pasará en los próximos meses? Pues todo es una incógnita pero todos coinciden en que hay mucho miedo en cómo sea este otoño e invierno en las calles ante la sentencia del procès que se espera dura. 'Las detenciones del lunes pasado son solo la punta del iceberg porque hay más violentos y radicales. Otra cosa es que se atrevan a dar el paso o no cuando llegue el fallo judicial. Estamos en un momento delicado pero se esperan CDR más violentos'. Y antes ellos surgen claro dudas importantes. 'Muchos nos preguntamos que si la cosa se vuelve a poner más que seria qué tenemos que hacer, qué órdenes nos darán los mandos'. O lo que es lo mismo: cargar contra ellos, actuar, o seguir con ese presentismo y ya.

Los agentes con los que hemos hablado en COPE han echado también la vista atrás y han recordado donde estaban el 1 de octubre de hace dos años. El papel que les tocó desempeñar el día del referéndum ilegal. 'Ese día hice el paripé. Trabajé 18 horas seguidas de las que 15 estuve delante de una comisaría porque no nos dejaban hacer nada. Oíamos como compañeros de la Guardia Civil y de la Policía pedían apoyo y en todo momento se nos denegó prestarlo'. Otro también va en la misma línea. 'El 1-0 hice el ridículo. Me hicieron hacer el teatrillo a primera hora, ir al colegio a ver que parecía que hacía algo. Pero no tenían intención de nada. Estaba todo más que preparado y pensado. Antes de entrar en el colegio electoral me dijeron que ni llevara casco con lo que pensé que poco iba a hacer'.

¿Cómo es el día a día desde hace dos años? 'Entonces vi peleas entre compañeros, fue todo muy desagradable. Crispación entre un bando y otro. Estuvimos tensos durante un tiempo pero la cosa se ha relajado y muchos hemos decidido dejar el tema político aparte'. Uno de estos agentes nos pone un ejemplo. 'En la furgoneta en la que vamos somos ocho personas de las que seis somos constitucionalistas y dos son independentistas. Al fin y al cabo somos también un reflejo de lo que es la sociedad'.

Ninguno de estos agentes se atreve a aventurar cómo terminará esto pero sí que coinciden en que o se para ya o los CDR terminarán 'como un grupo pseudoterrorista'.

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