Un paciente del Zendal pone los puntos sobre las íes con esta carta abierta: no gustará a todos

Desde que se anunció que se iba a construir fue objeto de críticas; desde que está funcionando las protestas contra el Zendal son diarias

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Como en todo en la vida, el tiempo dará y quitará razones. Será de nuevo ese juez inapelable. El que dejará en evidencia tanto a los que aseguran que el Hospital enfermera Isabel Zendal es un ejemplo de funcionamiento contra la covid-19, como a aquellos que solo saben poner problemas, sacar los defectos y denostar un servicio para paliar la pandemia en uno de sus peores momentos, la tercera ola que solo suma contagios, casos activos y muerte.

Las últimas cifras que tenemos disponibles son las del domingo 24 de enero en el que en Madrid se sumaron 45 muertes de enfermos por covid, día en el que se añadieron 2.697 positivos más, y 12.744 personas reciben asistencia domiciliaria; 20.337 personas han muerto en la Comunidad de Madrid por culpa del coronavirus y son 504.539 los casos registrados desde el inicio de la pandemia.

El Hospital instalado en IFEMA durante la primera ola demostró que se necesitaba un hospital especial para este tipo de epidemias y la comunidad ha puesto en marcha el Isabel Zendal que solo ha cosechado malos titulares:

"Ayuso inaugurará el Isabel Zendal sin aclarar con qué sanitarios se pone en marcha"; "El hospital Zendal no tiene cámaras mortuorias y un celador custodia los cuerpos de los fallecidos"; "Trabajadores del Hospital Isabel Zendal califican de "catastrófica" la situación en el centro"... y así un día tras otro.

Pero ¿qué dicen los pacientes que han sido atendidos en este centro hospitaliario? Esta es la carta que ha escrito a ABC Fernando Álvarez Jimeno enfermo de covid que fue trasladado al Zendal, se la reproducimos íntegra por el valor del testimonio:

“Yo he sido paciente en el Zendal.

Me llamo Fernando y he estado ingresado allí 23 días. Llegué el día 24 de diciembre, derivado desde otro gran hospital de Madrid.

Presentaba un cuadro severo de COVID 19 y, por varios motivos que no vienen al caso, estaba calificado como paciente de riesgo. No era por tanto un paciente “fácil”, de esos que según algunos se estaban enviando al nuevo hospital.

Mi evolución corroboró las primeras impresiones. A pesar del tratamiento recibido, y de los esfuerzos del personal sanitario, pocos días después estaba en la UCI, sedado y entubado.

He conocido por tanto las tres secciones del hospital: Hospitalización, Cuidados Intermedios y la UCI. Tengo que deciros que nunca me ha faltado de nada y que siempre he recibido un trato profesional y extraordinariamente humano.

No escribo esto contra nadie, ni para desmentir a nadie, cada uno vive sus propias experiencias. Simplemente trato de contaros la mía.

Siempre que me lo ha permitido mi estado he comido bien y caliente, mejor que en otros hospitales en los que he estado ingresado. Incluso la dieta de fácil masticación, en los días posteriores a ser desentubado, me la comí sin notar nada extraño y eso que aborrezco los purés.

Es cierto que el día de la nevada fue crítico. Al quedarse aislado el hospital no podían llegar los relevos del personal sanitario y lo mismo pasaba con los suministros o los servicios externos, no llegaba nada de fuera. Ese día la administración del hospital se las ingenió para que, con los recursos disponibles en el centro, comiéramos todos y dispusiéramos de sábanas limpias. Para poder mantenernos atendidos contaron con el esfuerzo titánico del personal que estaba en el hospital, que cubrió turno tras turno hasta que pudieron llegar los relevos. Gracias, gracias, gracias.

Con respecto a las duchas de la zona de hospitalización, en el resto no hay por motivos obvios, tengo que decir que son un poco justas cuando está llena de pacientes, sobre todo cuando todos queremos ducharnos a la vez. Yo me he duchado todos los días alternando las horas en función de la afluencia de la gente. No obstante, reconozco que en esto no puedo ser objetivo, la mejor ducha que recuerdo en mucho tiempo me la he dado allí el primer día que pude asearme solo tras mucho tiempo en la UCI y en Cuidados Intermedios.

En un momento en el que los contagios se han disparado el poder disponer de un hospital como el Zendal a mí me da tranquilidad. Cada cual que piense lo que quiera. Hay que entender lo que es, un centro para tratar específicamente a los afectados por la pandemia que, como por desgracia somos muchos, no está exento de incomodidades. Pero estas incomodidades se compensan con creces por los medios técnicos de que dispone y sobre todo por la profesionalidad de sus medios humanos.

Tengo que confesaros una cosa, acaban de ingresar a mi madre con un cuadro serio de Covid y Neumonía Bilateral. Me han dicho que la van a trasladar al Zendal y a mí esto me da tranquilidad, porque se cómo va a ser atendida.

El Zendal funciona. A mí, desde luego, me ha funcionado.

Solo puedo acabar de una manera:

Gracias de corazón a todo el personal del Zendal sin distinción, por vuestra atención médica y también por vuestra enorme humanidad. Infinitas gracias por vuestro apoyo, por vuestras palabras y por vuestras sonrisas”.

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