Pedro Sánchez espera contraatacar con una denuncia por injurias para devolver el golpe de la querella del PP

En Ferraz dan por seguro que el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, desestimará finalmente el lance de Génova y servirá para girar el foco

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

El clima político en España se ha intensificado en las últimas semanas, con el gobierno de Pedro Sánchez enfrentándose a una serie de acusaciones y querellas que ponen en entredicho la integridad del PSOE. En este contexto, el periodista Ricardo Rodríguez de COPE ha informado sobre la estrategia que el Ejecutivo planea implementar en respuesta a la querella presentada por el Partido Popular por presunta financiación irregular.

El escenario es claro: Ferraz, sede del PSOE, se encuentra en un momento crítico. Según Rodríguez, las jornadas que atraviesan los socialistas son "terribles, demoledoras", lo que ha generado un ambiente de desaliento entre sus filas. La preocupación no solo radica en las acusaciones, sino en la posibilidad de que la corrupción se convierta en un tema que pueda llevar al partido a la pérdida de apoyo popular.

A medida que la tensión se incrementa, en Ferraz se difunde la idea de que están siendo sometidos a una "lapidación" política, una metáfora que destaca el nivel de ataque al que están siendo sometidos por parte de la oposición. Ante este panorama adverso, Pedro Sánchez y su equipo han decidido no quedarse de brazos cruzados.

EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez interviene en la sesión de control celebrada este miércoles en el Congreso

La estrategia consiste en contraatacar mediante una denuncia por injurias y calumnias contra el PP. Según las declaraciones de fuentes de la Ejecutiva Federal, hay una fuerte expectativa de que el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, desestime la querella del PP.

El contexto político

El mensaje que se quiere transmitir desde Ferraz es claro: "Hay que morder a los populares". La idea es "cortarles las alas", utilizando la querella del PP como un trampolín para lanzar una ofensiva que permita desviar la atención hacia las debilidades de la oposición. Esta estrategia refleja una actitud combativa por parte del PSOE, que busca demostrar que no solo están a la defensiva, sino que también tienen capacidad para atacar.

La situación actual no es solo un cruce de acusaciones; también es un reflejo de un sistema político en el que los ataques mutuos se han vuelto una norma. La guerra de comunicación entre partidos ha escalado a un nivel en el que cada movimiento es estudiado y contrarrestado. En este sentido, el PSOE parece haber aprendido la lección de que en política, la ofensiva puede ser tan efectiva como la defensa.

      
             
      

El enfoque en Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, es otro componente de la estrategia. Desde Ferraz se percibe que Ayuso puede ser un blanco eficaz, y la idea es presionar sobre su figura mientras se contrarrestan las acusaciones del PP.

CAM/EFE

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid, este viernes

Este ataque selectivo puede estar diseñado no solo para desviar la atención de las acusaciones de corrupción, sino también para poner en cuestión la capacidad de liderazgo del PP en un momento en el que la credibilidad de los partidos está en juego.

Implicaciones para el futuro

El resultado de esta guerra política no solo impactará la situación inmediata del PSOE, sino que también podría tener consecuencias a largo plazo para el sistema político español. En un clima donde la desconfianza hacia los partidos políticos es alta, cada escándalo y cada respuesta judicial influye en la percepción pública.

      
             
      

Si la estrategia de Sánchez tiene éxito y logra desviar la atención de las acusaciones de corrupción hacia las acciones del PP, podría revitalizar su apoyo entre los votantes. Por el contrario, si no se maneja adecuadamente, podría intensificar las críticas y debilitar aún más su posición.