Pérez-Reverte, alto y claro sobre la República: “¿Imaginan una Constitución redactada por Echenique y Otegi?”

Hace ya dos semanas que se conoció la decisión del rey emérito Juan Carlos I de trasladar su residencia fuera del territorio nacional, tras una "meditada decisión" del ante la repercusión pública de "ciertos acontecimientos pasados" de su vida privada.

Sin embargo, el tema sigue de total actualidad, en gran parte por dos motivos fundamentales. Primero, porque desde la extrema izquierda, encabezada por Podemos, se está usando para atacar a la Monarquía en su intento por implantar la república como forma de gobierno en España. Y en segundo lugar, porque desde la formación que lidera el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, la salida del Don Juan Carlos se está utilizando también como argumento para intentar capotear su imputación por la presunta ‘caja B’ en la formación morada.

Pérez-Reverte, alto y claro sobre la Monarquía y la República

Uno de los que en los últimos días ha hablado alto y claro sobre este asunto ha sido el escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte, y no es la primera vez, aunque en esta ocasión si lo hace de manera mucho más extensa en un artículo publicado en el ‘XL Semanal’.

Pérez-Reverte comienza señalando que “hace tiempo que se levantó la veda, y con motivo” contra el rey Juan Carlos I, “que pilotó la Transición y frustró el golpe de Estado que pretendía liquidarla, a quien debemos un reconocimiento político indudable”, como reconoce, pero que “se había ido hundiendo en un cenagal paralelo de impunidad y poca vergüenza, de trinque oculto y bragueta abierta, hasta el punto de acabar convirtiéndose en principal amenaza contra su propio legado”.

Todo esto hace que el afamado escritor considere que “lo estaba poniendo fácil” a quienes pretenden liquidar la monarquía, a los que ha acusado de tener “sueños húmedos” con una posible comparecencia del rey emérito “no ante un juez, sino ante un parlamento, con ellos en la tribuna y señalando con el dedo”.

Del mismo modo, reconoce que “cuando oigo la radio o pongo la tele y escucho a la infame chusma que desde el Gobierno o la oposición maneja los resortes de mi vida, no me gusta lo que hay, ni lo que viene”.

En un arrebato de la sinceridad más absoluta, Pérez-Reverte asegura que “soy republicano, en fin, de la rama dura, jacobina cuando haga falta: ciudadanos libres, pero leña al mono cuando ponen en peligro la libertad”, aunque “lo que a mí me pone es una república romana con sus Cincinatos, sus Escipiones y sus Gracos, que tenía un nivel; o en su defecto, una república como la francesa, resultado de la que en 1789 cambió el mundo”. Rechaza las monarquías hereditarias, pues al pensar en Fernando VII, Isabel II o Alfonso XIII, “se me quitan las ganas”, pero, como puntualiza “estamos hablando de España, de ahora mismo. Y eso ya es otra cosa”.

Pero claro, el gran problema, según Pérez-Reverte es que “una república necesita un presidente culto, sabio, respetado por todos” y “cuya serenidad y talante lo sitúen por encima de luchas políticas, intereses y mezquindades humanas”, por lo que pregunta por “un político, hombre o mujer, que en España encaje en esa descripción”.

Las preguntas que deja en el aire el escritor y periodista no dejan títere con cabeza: “¿imaginan a ese árbitro supremo, esa autoridad absoluta, encarnados en Pedro Sánchez? ¿En Pablo Iglesias y su república plurinacional de la señorita Pepis? ¿En Mariano Rajoy y su obtusa y pasiva estupidez? ¿En ese payaso irresponsable y transatlántico llamado Rodríguez Zapatero, que desenterró una nueva guerra civil? ¿En la ridícula y embustera arrogancia de Aznar? ¿En un Felipe González al que ahora no se le cae de la boca la palabra España que mientras estuvo en el poder evitó siempre pronunciar? ¿En Rufián? ¿En Torra? ¿En Casado? ¿En Abascal? ¿En Irene Montero?”.

“Los ataques actuales a la monarquía no responden a una reflexión intelectual de pensadores serios”, asegura el escritor, que lo achaca “al viejo afán centrífugo de demoler un Estado a cambio de golferías particulares, chanchullos locales, demagogias idiotas y argumentos de asamblea de facultad”. Por ello, se pregunta que si “¿imaginan una Constitución redactada por Echenique, Otegui o Puigdemont?...”.

La opinión de Pérez-Reverte sobre el Rey Felipe VI

Después de realizar este profundo análisis de la actual situación política por la que atraviesa nuestro país, Pérez-Reverte alaba la figura de Felipe VI a quien “pendiente de liberarse de la nefasta sombra de su padre” considera “un hombre sereno y formado, irreprochable hasta hoy, mucho más Grecia que Borbón. Estoy convencido de que es una buena persona y un sujeto honrado, y nada hay hasta ahora que me induzca a pensar lo contrario”.

“Ama a España y cree de verdad ser útil para preservarla en tiempos de tormenta. Hace lo que puede y lo que le dejan hacer. Y en mi opinión es el único dique que nos queda frente al disparate y el putiferio en que puede convertirse esto si nos descuidamos un poco más”, asevera de nuevo, en otro arrebato de la sinceridad más profunda.

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