El Prado recuerda a Velázquez, enterrado con "enormes gastos, pero no demasiado enormes para tan gran hombre"
A través de Twitter el Museo del Prado recuerda la muerte del pintor sevillano hace más de 350 años.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un 6 de agosto, pero de 1660, Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, fallecía en Madrid tras caer enfermo al volver de decorar el pabellón español en la isla de los Faisanes para el matrimonio de la infanta María Teresa y Luis XIV.
Considerado uno de los pintores más importantes a nivel internacional de España, Velázquez nació en Sevilla. Allí comenzó a estudiar el arte de la pintura hasta que cumplió 24 años, cuando se trasladó a Madrid para formar parte de los pintores de la Corte hasta su muerte. En Madrid se rodea de toda la aristocracia y se desenvuelve con soltura junto a Felipe IV, quien le muestra otras formas de ver la pintura e incluso obliga al sevillano a replantearse sus modos de pintar. En 1628 llega Rubens a la corte y le debió aconsejar acerca de su técnica, recomendándole también que viaje a Italia. Así lo hace Velázquez, que durante 2 años reside allí y enriquece su práctica y su nivel de pintura.
A su vuelta, el sevillano volvió a su oficio de pintor de retratos, realizando muchos cuadros de diferentes temáticas. Además de estos encargos, dirigió y participó en los dos proyectos más grandes de aquel momento; la decoración del nuevo palacio del Buen Retiro y el pabellón que utilizaba el rey cuando quería ir de caza, la Torre de la Parada.
Los años cuarenta son para el pintor los más ajetreados. Ocupado en la Corte, colabora con la decoración del Alcázar de Madrid y vuelve a viajar a Italia, a petición de Felipe IV, para adquirir cuadros y esculturas. Prolonga su estancia durante tres años, en los que tiene la oportunidad de retratar al "Papa Inocencio X" y "Juan de Pareja". En 1656 realiza uno de sus obras más famosas y reconocidas a nivel mundial, "Las Meninas". El cuadro representa a la familia del Rey Felipe IV, pero no es él el protagonista. En el centro de la pintura está la infanta Margarita flanqueada por dos meninas. Vélazquez se pintó a si mismo en el retrato ejerciendo su profesión de pintor, con la paleta en la mano.