El PSOE pone parches a la ley Trans y no contenta a nadie
Los socialistas anhelan sacar de escena un proyecto que mantiene en tensión sus filas
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Los socialistas anhelan sacar de escena la ley Trans, pero sus propuestas de cambio tampoco sirven a mitigar las profundas heridas internas. Finalmente, han decidido volver sobre sus pasos, tocar la parte mollar del proyecto, la polémica autodeterminación de género, y quieren supeditar a autorización judicial el cambio registral del sexo en los menores de entre 14 y 16 años.
La modificación resulta “insuficiente” e “inútil” para las feministas clásicas que piden, de entrada, ampliarla a la mayoría de edad, siguiendo la estela del Consejo de Estado o del Consejo General del Poder Judicial. Las enmiendas buscan un equilibrio en otro aspecto controvertido del texto: la barra libre para modificar el sexo en el registro civil.
Y ello aun cuando el PSOE aspire a endurecer con intervención de un juez las condiciones a una reversión del género. El actual texto no contempla ningún requisito más allá de la voluntad para cambiar cuántas veces se quiera. Igualmente, se busca suprimir la equiparación de la violencia entre personas del mismo sexo con las agresiones machistas.
En el camino, según han denunciado las feministas históricas, “se han despreciado las alertas en relación con la protección de las competiciones deportivas femeninas, el falseamiento estadístico, la tutela de los menores, …” y preocupa la insistencia de intervenir en la educación para promocionar en las aulas el llamado “discurso transgenerista”. Los socialistas tampoco han convencido a los colectivos LGTBI que rechazan de plano cualquier cambio y hablan de “recortes de derecho”.
Las enmiendas, bajo el pilotaje de La Moncloa, chocan con los postulados de Podemos ya de uñas con los retrasos propiciados por su socio mayoritario en la tramitación parlamentaria de la norma. Ante la demora de su proyecto bandera, que debe iniciar la discusión en la Comisión de Igualdad, Irene Montero ha insistido en marcar un acelerado calendario de un puñado de semanas para el trabajo de revisión de la ley.
La Moncloa y Ferraz han huido del choque aun cuando disgusten las salidas de tono de la ministra de Igualdad. “Pataletas”, las llaman. Cuadros socialistas querrían exigirle “más respeto” para sus siglas y “menos colgarse medallas”.
Sea como fuere, la bronca que las dos alas de la coalición llegaron finalmente a contener en la sala del Consejo de Ministros, amenaza con explotar en el Congreso de los Diputados con las enmiendas a la ley del PSOE.