Rodríguez Ibarra cree que Sánchez debería formar un consejo asesor con sus precedesores en la Moncloa
El fin sería, según el ex presidente de Extremadura, que se "garantice el riesgo y limite la temeridad" en la actual situación derivada del COVID19
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Juan Carlos Rodríguez Ibarra considera que el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, debería constituir una especie de consejo asesor del que formaran parte sus predecesores con el objetivo de que "garantice el riesgo y limite la temeridad" en la actual situación derivada de la COVID19.
Según recoge en su blog, ningún presidente democrático del Gobierno de España, anterior al actual, ha tenido que hacer frente "a una situación tan penosa y comprometida, pero sí atesoran la suficiente experiencia por haber pasado por otras crisis".
A su juicio, esta experiencia "debe ser aprovechada por el Gobierno actual" y Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy "pueden y deben ser llamados".
"Entiendo que la cooperación hoy es un arma indispensable para tratar de poner fin a una crisis que está amenazando nuestro modelo de sociedad y una forma de desmentir a quienes dan todo por perdido y desestabilizado", señala Ibarra, que entiende que "además serviría de excusa para que el aplauso diario de las ocho fuera también dedicado a los políticos que fueron capaces de estar a la altura de lo esperado".
El expresidente extremeño también aprovecha para recordar que España es un Estado descentralizado, que exige de la concertación entre el Gobierno de España y los de las diecisiete comunidades autónomas, por lo que "hoy, como en 1979, nada se puede hacer de importancia en España si no confluyen las dos legitimidades".
Asegura que esa misma concertación de ámbito estatal resulta exigible y necesaria cuando la empresa a acometer es común y afecta en mayor o menor medida, antes o después, a los estados miembros de la Unión Europea.
Por ello, cree "absolutamente necesario" que en esta crisis los europeos, de manera concertada, sometan el invento a la fase de la prueba, que exige arriesgar porque "sólo quien arriesga gana y sólo los temerosos se quedarán para convertirse mañana en los profetas del ayer".