Torra, en su delirio, pide ayuda a Trump y al Papa

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, envió a finales de septiembre una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con copia a Donald Trump y al Papa, en la que les solicitaba que mediaran para que pudiera celebrarse un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

La carta, escrita en inglés, está dirigida al presidente Sánchez, con copia al presidente estadounidense, al Papa Francisco, a los gobiernos de la Unión Europea y a los presidentes de China, Ucrania y Kosovo.

En la misiva, Torra pide a Sánchez que autorice a su Gobierno a abrir una mediación "sin precondiciones", puesto que cree que la brecha que separa ambas posiciones "no es infranqueable".

Asegura que la parte catalana "no se centra en conseguir la independencia inmediata", sino en garantizar el respeto a la voluntad de los catalanes "a través de un referéndum legal, vinculante y justo, en el que ambas partes se comprometan a acatar el resultado".

Destaca asimismo que cada vez "será más difícil avanzar" si se mantiene la prisión de los líderes independentistas y propone a Sánchez, como muestra de buena voluntad, que la Fiscalía retire los cargos o levante sus objeciones para que salgan en libertad a la espera de juicio.

"A condición de que los nueve (líderes en prisión o huidos al extranjero) hayan sido puestos en libertad, el bando catalán está listo para explorar todas las opciones posibles con Madrid", asegura Torra en la carta, que finaliza pidiendo, "por el bien de todos, una transición acordada".

Esta es la carta íntegra a la que ha tenido acceso 'El Periódico': 

"Barcelona, 26 de septiembre del 2018.

Estimado presidente,

Estarás al tanto del incremento del apoyo público a la independencia catalana durante las celebraciones de la Diada Nacional de Catalunya de este año en Barcelona y en otros lugares de Catalunya. Los temas por los que la gente salió a las calles tan masivamente fueron la demanda a los dirigentes políticos de Catalunya de avanzar hacia el establecimiento de una república independiente, y la demanda de la liberación de los presos políticos. Como demócrata, sabrás que los dirigentes políticos son los servidores del pueblo, no sus amos. Creo que el Gobierno catalán tiene el mandato popular necesario para avanzar en estos dos temas.

Sin embargo, el calendario del proceso está sujeto a eventos que escapan al control directo de los políticos. Me informan de que el juicio a los presos políticos sigue adelante, a pesar de la escalada de la crisis, y que se espera que comience antes de fin de año.

Tengo que decirle en este punto que si este proceso se lleva a cabo, en base a las acusaciones sostenidas por el Fiscal General del Estado, y si alguno de los presos es procesado y condenado a prisión por sus creencias, creo que la exigencia ciudadana de una república independiente se volverá abrumadora.

He dejado claro en varias ocasiones que los dirigentes políticos catalanes están listos para participar en un diálogo mediado con su Gobierno en un esfuerzo por evitar una escalada en la crisis actual y alcanzar una solución a la cuestión catalana mediante negociaciones. Esta posición también ha sido defendido por el presidente Carles Puigdemont.

Ahora le escribo formalmente para pedirle que autorice a su Gobierno a poner en marcha un diálogo mediado lo más rápidamente posible. La parte catalana está lista para comenzar este proceso sin condiciones previas. La brecha no es, en mi opinión, insalvable. La parte catalana no se empeña en conseguir la independencia inmediata de España. Nuestro objetivo en las negociaciones es simple: garantizar el respeto a la voluntad expresada democráticamente por la mayoría de la población catalana, a través de un referéndum libre y justo, legalmente vinculante, en el que ambas partes acuerden cumplir con el resultado.

Comprenderás que resulta muy difícil mantener conversaciones sustantivas sobre la futura relación entre Catalunya y España, con el objetivo de un referéndum de independencia, mientras nueve dirigentes políticos catalanes permanecen en prisión, y otros siete en el exilio. Por lo tanto, le solicitamos, como un gesto significativo hacia la sociedad catalana, que invite al Ministerio Público a retirar los cargos o, al menos por el momento, levantar todas las objeciones a su libertad provisional, en espera de juicio, como medida para construir la confianza. Una vez que los nueve hayan sido excarcelados, la parte catalana estará lista para explorar todas las opciones posibles con Madrid.

Nuestro equipo negociador siempre está preparado para iniciar conversaciones. Por lo tanto, le pido que confirme por escrito, tan pronto como sea posible, que su Gobierno está preparado para iniciar negociaciones mediadas; designar un equipo negociador; abrir canales de comunicación entre las dos partes e iniciar conversaciones informales destinadas a acordar la logística y las modalidades de este proceso. También puede sugerir uno o más mediadores y observadores institucionales para facilitar el proceso de diálogo. Si es así, estaríamos preparados para hacer lo propio.

Remito también esta carta a la Unión Europea y a los líderes mundiales enumerados a continuación para que el proceso de diálogo pueda ser lo más transparente posible. Es obviamente en interés de ambas partes y del mundo, para que este proceso sea exitoso, ya que una resolución ordenada y pacífica de esta situación es el único medio que queda para evitar una crisis europea.

Sin embargo, permítame reiterar que, en ausencia de un diálogo significativo, mi pronóstico es que el juicio y la condena de los presos políticos probablemente conduzcan a una demanda abrumadora de independencia inmediata de España. Por el bien de todos, sería preferible una transición administrada, y eso es lo que estoy proponiendo ahora.

Quedo a la espera de su respuesta lo antes posible, teniendo en cuenta el marco de tiempo en el que nos estamos moviendo en esta etapa.

Atentamente, Quim Torra i Pla"