El traumático secuestro de Ortega Lara: 532 días encerrado en un zulo de pocos metros
Los secuestradores lo trasladaron del garaje de su casa a un zulo, que se encontraba bajo una nave industrial en la localidad de Mondragón
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ortega Lara, funcionario de prisiones en Logroño, fue secuestrado por ETA el 17 de enero de 1996. Hace 24 años. El mismo año de su secuestro, decidió jubilarse de forma anticipada y fue acercándose al plano político. Los secuestradores lo trasladaron del garaje de su casa a un zulo, que se encontraba bajo una nave industrial en la localidad de Mondragón. Allí, permanecería durante 532 días. Su día a día se repetía incansablemente del mismo modo. Lo único que le hacía salir de ese tremendo lugar era un periódico que leía a diario. Este secuestro es uno de los más conocidos por toda la sociedad española. Sobre todo, por la amplia duración que tuvo.
60 personas participaron en la operación para liberarlo, bajo la batuta de Baltasar Garzón. Todo sucedía en la madrugada del 30 de junio al 1 de julio de 1997. La tensión se palpaba en el ambiente. Una operación, por cierto, que casi resultó ser fallida. Los investigadores no sabían dónde se encontraba exactamente, pero localizaron a los secuestradores: José Miguel Gaztelu, Jesús María Uribetxeberría y Javier Ugarte. Uribetxeberría protagonizaría años después una huelga para salir de la cárcel por su enfermedad: padecía cáncer.
Llegar hasta Ortega Lara no resultó fácil. Su rescate empezó con las detenciones de sus secuestradores. Ninguno de ellos reveló donde se encontraba pero la Guardia Civil los llevó hasta la nave donde creían que estaba el minúsculo zulo.
Cuando el funcionario escuchó unos ruidos, pidió que lo mataran de una vez. Por suerte, eran sus salvadores. Al salir, Baltasar Garzón le dijo: "¿Sabe usted quién soy?". Ortega Lara le dijo que sí, acabando así con su tortura.
Las secuelas que le quedaron tras esa experiencia fueron múltiples. Sufriría años de miedos, pesadillas y una claustrofobia que le perseguiría durante mucho tiempo. Su liberación se convertiría en el principio de otro momento que todavía queda en la memoria nacional: el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco.
¿A qué dedica su vida en la actualidad Ortega Lara?
Durante estos años ha realizado una labor humanitaria y social, casi siempre callada con la Hermandad de Donantes de Sangre, las escuelas de formación profesional de los salesianos -donde estudió-, o ayudando a personas con problemas de drogadicción y colaborando con ONGs como Manos Unidas o Jóvenes del Tercer Mundo.
También ha tenido tiempo para completar su formación de maestro con la de licenciado en Derecho, aunque nunca ha llegado a ejercer la abogacía ni ha estado colegiado.
Sin embargo, su compromiso con la sociedad y sus convicciones le han llevado de nuevo a implicarse en política, en este caso como una de las caras más visibles en la puesta de largo y los primeros pasos de Vox, un partido conservador que se autodefine de centro-derecha y que tiene acuerdos con el Frente Nacional francés liderado por Marine Le Pen.
Entre las ideas de este partido figuran la disolución de las autonomías y el refuerzo de la idea de España, incluso con la salida de la Unión Europea o el cambio del modelo actual por uno basado en los estados.