Una ley para las familias sin las familias: nuevas ayudas, permisos y polémica en torno a su clasificación

Tras meses guardada en un cajón, el Consejo de Ministros tenía previsto aprobar este martes el Real Decreto Ley de Diversidad Familiar y de Apoyo a las Familias. Finalmente, no será así, como anunciaban desde Unidas Podemos a última hora de este lunes, señalando al PSOE como responsable del nuevo aplazamiento.

Las principales organizaciones en defensa de la familia lamentan en COPE no haber sido consultadas por el Gobierno para su elaboración. Consideran ideológico el tratar de imponer hasta 16 tipos de familia, pero ven con buenos ojos que se extiendan las ayudas y los permisos laborales.

La futura ley extiende la renta 100 euros al mes por cada menor de 3 años a cargo, también para madres en paro. Amplía además los permisos laborales: 8 semanas extra para cuidar de los hijos hasta los 8 años (que se pueden tomar seguidas o espaciadas en el tiempo) y 5 días por año para cuidar a familiares de hasta segundo grado o convivientes.

Tendrán las mismas ayudas que las familias numerosas, los hogares encabezados por una mujer sola con dos hijos, los llamados monomarentales; las familias con dos hijos y un ascendiente o descendiente con discapacidad y las familias con dos hijos encabezadas por por una víctima de violencia de género o por un cónyuge que haya obtenido la guardia y custodia exclusiva sin derecho a pensión de alimentos, según subrayan desde el Ministerio de Derechos Sociales que encabeza Ione Belarra.

Lo más polémico según las organizaciones de familia consultadas por COPE, el establecimiento de 16 tipos de familias por una clasificación que la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) considera absurda e innecesaria. Piden no confundir circunstancias o situaciones, en algunos casos ya reconocidas y protegidas jurídica y socialmente cuando corresponde y consideran que no tienen que tener ninguna etiqueta como tipo de familia porque según subrayan, en un comunicado, “no son un tipo de familia”.

A la espera de conocer la letra pequeña del proyecto y de conocer las posibles ventajas que implicará la tipología establecida y cómo quedan los compromisos adquiridos con las familias de 3 o más hijos, el presidente de la FEFN, José Manuel Trigo considera negativo que la ley empiece diciendo que no existe la familia sino las familias y “lo justifique con un catálogo de situaciones que rozan lo absurdo como incluir como tipo de familia la “retornada”, la “intercultural”, la “transnacional” o la “biparental” (...) es que muchas familias numerosas son también familias de un solo progenitor o en las que hay algún inmigrante, personas con discapacidad, que han vivido fuera, formadas por parejas con hijos de uniones anteriores, partos múltiples, o sea, la pluralidad de la sociedad”.

Ni las organizaciones que defienden a las familias numerosas ni las que trabajan con madres que educan en solitario a sus hijos han sido contactadas por el Ejecutivo para la elaboración.

“Nada de nada, participamos en la fase de consulta pública (que finalizó en julio de 2021), emitimos nuestro informe y sin respuesta de ningún tipo. Ahora sacan el borrador y tampoco” lamenta Javier Rodríguez, director general del Foro de la Familia

Y lo mismo constata Amaya Azcona, directora general de la Fundación RED MADRE, especializada en apoyar a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad mientras desde la FEFN lamentan que la ley “apenas mencione la palabra natalidad cuando vamos arrastrando una caída grave en el número de nacimientos, tenemos un problema serio de envejecimiento de población y hasta un ministerio para el Reto Demográfico”.

Para Rodríguez la clasificación en tipos de familias establecida por el Ejecutivo “tienen un claro sesgo ideológico que no tiene cuando hablamos de familia la institución más valorada por la sociedad española y un concepto totalmente alejado de la polémica. Hay tantos tipos como familia porque cada familia es un universo en sí misma o un ecosistema y es lamentable sacar 16 tipos basados en criterios sobre todo de sexo y género que es la obsesión del Gobierno, está fuera de lugar. ¿Por qué se tienen en cuenta esos criterios y no otros?”.

Tampoco Azcona entiende “esa adjetivación de las familias, es extraño establecer una clasificación por que sí y sin establecer que necesidades concretas tienen esas situaciones. Son categorías muy diferentes y no se entiende el por qué o el para qué y algunas pueden darse a la vez en algunas familias. Es mejor detectar qué necesidades tienen las familias y diseñar medidas específicas para proteger a las que lo requieren y comparten una serie de características. Si el objeto de la ley se diluye tanto con tantos tipos o formas o modelos pues ya no se sabe bien a quien va dirigida y ese es el problema”.

Y es que como subraya Rodríguez “si todo es familia nada lo es”.