¿Habrá remontada del PSOE? La Moncloa posterga sus triunfos a 2023

La movida aprobación de la reforma laboral deja a los socialistas sin una baza en la recta final a las urnas en Castilla y León. El secretario de Organización se resiente del revés

¿Habrá remontada del PSOE? La Moncloa posterga sus triunfos a 2023

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Pedro Sánchez quiere creer en la remontada, pero los suyos la aplazan a 2023 con una reválida del poder en las elecciones generales tras un gran triunfo en las municipales y autonómicas. En la sala de máquinas socialista se ponen así la venda ante la falta de expectativas tanto en Castilla y León este 13 de febrero como en la futura convocatoria en Andalucía. “2022 va a ser el año del PP; el próximo, en cambio, será todo nuestro”, recalcan en la sede de Ferraz sacando los botes salvavidas ante los boquetes que van a dejar el arranque del ciclo electoral.

Pintan bastos. Sin embargo, los guionistas presidenciales dibujan en el horizonte una “potente remontada” y hasta los hay entre los entregados quienes, más allá del espejo de Portugal con la arrolladora victoria de Antonio Costado, han gustado estos días atrás mirar a la hazaña de Rafa Nadal en el Open de Australia, su capacidad de dar la vuelta al gran slam frente a Daniil Medvédev y convertir un partido casi perdido en un éxito épico. Traducido: El PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, será capaz de vapulear a un PP en manos de Pablo Casado.

¿Será capaz Sánchez de frenar la percepción de un cambio de ciclo y de dar a su vez la vuelta al partido en el último tramo de la Legislatura? Esa es al menos la aspiración de su núcleo duro que pone el foco en “cuán grande será” la recuperación. “De la pandemia a la recuperación” a través de las reformas y los fondos europeos. En La Moncloa insisten en esas dos instantáneas: la de la España de ayer y la de mañana. La marcha de la economía será capital y la clave para ganar las urnas por venir en 2023. Así lo piensan el Presidente y su equipo. Defienden que sus indicadores apuntan a una recuperación vigorosa con un impacto real en la calle. “Lo que está por llegar será suficiente”, inciden machaconamente los lugartenientes.

Si las previsiones se cumplen, Sánchez cree que los españoles se lo premiarán. En lo inmediato, el baño de realidad se impone en Castilla y León. A pesar de utilizar el CIS de José Félix Tezanos a su servicio, sondeo flash mediante, para fabricar una ilusión, los trackings en manos de la cúpula socialista arrojan a un PP alejado de la mayoría absoluta ante la musculatura de Vox, a todas luces decisivo para conformar el próximo gobierno. Pero, según las proyecciones, los populares hacen valer su posición de partido mayoritario con entre 5 y 7 puntos de distancia sobre el PSOE que irremediablemente pierde la condición de fuerza más votada.

La movida convalidación de la reforma laboral, aún en el alero, ha dejado además a Pedro Sánchez sin palanca que lucir en la contienda que encara su última semana. Lanzar pedradas sobre una compra de voluntades y encasillar a los hasta ahora diputados de Unión del Pueblo Navarro, Carlos García Adanero y Jorge Sayas, como “tránsfugas” representa un pobre rendimiento. Los intentos como el del mismo Sánchez de reivindicar en León la medida estrella se pierden en esa polvareda. El pacto fallido con UPN ha dejado “tocado” - hay quienes dicen verlo incluso “hundido” – al secretario de organización del PSOE, el navarro Santos Cerdán.

Con todo, en las sentinas de Ferraz, como en cualquier cuartel general de una organización, hacen sus análisis partidistas, sin dejar de asumir que bucear las tripas del 13-F les servirá para medir el desgaste de su marca y el grado de antisanchismo en la comunidad autónoma.

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