Iglesias copia a Illa y usa el Gobierno para asaltar Madrid

El vicepresidente burla el “veto” de La Moncloa, inmersa ya en la campaña de Gabilondo.

Iglesias copia a Illa y usa el Gobierno para asaltar Madrid

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Pablo Iglesias desempolvó su agenda oficial y evidenció la intención de exprimir la vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 en las semanas que le restan en el Gobierno para hacer campaña electoral. Seguirá los pasos de Salvador Illa en las catalanas, aunque entonces le cayeron críticas de Podemos por la doble condición de ministro y candidato. La censura al uso del cargo en favor de intereses de partido siempre dependerá del beneficiario.

En la sede ministerial, rodeado de los agentes sociales, CCOO, UGT, CEPYME y CEOE, Iglesias vendió un plan de choque en Dependencia envuelto en disparos a su socio de coalición: “Quiero ser cristalino. Cuando se firma un acuerdo de Gobierno, está para cumplirse. Porque no cumplir un acuerdo es faltar al respeto a los ciudadanos y UP no va a consentir que se falte al respeto a los ciudadanos de este país”. Iglesias, al igual que hizo Illa, en ningún caso renunciará a su ventaja hasta su salida del Gabinete, prevista para el 14 de abril con toda la carga simbólica del 90 aniversario de la II República.

El Ministerio de Derechos Sociales promete ser su catapulta, toda vez, tal y como recuerdan los morados, Pedro Sánchez ha hecho de La Moncloa el “coto privado” del PSOE. Y es que tiene a los miembros de Unidas Podemos de su Ejecutivo fuera del escaparate. La última aparición – y primera de este 2021 - de un titular morado en la rueda de prensa semanal posterior al Consejo de Ministros fue el 19 de enero cuando Alberto Garzón a raíz de una modificación por decreto de la ley general de Consumo presentó la creación de la figura del “consumidor vulnerable” para evitar indefensiones frente a fraudes.

Desde entonces, el socio minoritario ha tenido vetado el acceso al foco que otorga La Moncloa para difundir su mensaje. El 9 de marzo, la ministra portavoz, María Jesús Montero, comparecía de nuevo en solitario y vendía de viva voz el denominado Plan Corresponsables, diseñado por Igualdad, para impulsar la conciliación familiar. La iniciativa dotada de 190 millones de euros permitirá, sobre el papel, a familias con bajos ingresos e hijos menores de 14 años contar con una ayuda profesional por horas para atenderlos.

Irene Montero carecía de presencia desde el palacio presidencial, aunque estuviese lejos de atravesar su mejor momento una vez la Justicia había decidido indagar en el uso de una asesora del Ministerio como niñera. Y, peor aún, ante el voto de Podemos en Bruselas en apoyo del fugado Carlos Puigdemont. Sin embargo, el pasado 26 de enero tampoco pudo Díaz, ahora vicepresidencia tercera, además de conservar la cartera de Trabajo, dar cuenta de la prórroga de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo acordados entre agentes sociales.

De aquella negociación sacó pecho desde la atalaya monclovita José Luis Escrivá, responsable de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Algo que escoció y mucho en Unidas Podemos. La ausencia de la titular de Trabajo en la rueda de prensa de aquel martes llegó a ser objeto de pregunta y María Jesús Montero estimó “obligada la presencia del ministro Escrivá” ante la revalorización por decreto del 0,9% de las pensiones y “como participante en el diálogo social era la persona idónea”, según sostuvo la ministra portavoz con las palabras bien seleccionadas.

Sea como fuere, el “veto” a la cuota de ministros de Unidas Podemos en torno a las apariciones estelares de los martes se antoja ya una batalla a priori pérdida que, a la vista está, en ningún caso responde a asuntos tratados por el Consejo de Ministros. La última vez que el propio Iglesias usó esa baza de La Moncloa para llegar a través de las pantallas de televisión a los españoles fue un lejano 7 de julio. Destinada aquella comparecencia a una ampliación de la cobertura de medidas sociales, todo saltó por los aires al desplegar Iglesias ataques contra la prensa, estando inmerso de lleno en la investigación abierta por el caso Dina.

Por aquellos días, ya le echaban de más en el ala socialista. Casi tanto como de aquí a su despedida... estando además el equipo presidencial metido de hoy y coz en la planificación de la campaña del aspirante socialista, Ángel Gabilondo. Tras sacudir el tablero, las maniobras de Pablo Iglesias prometen estar al servicio de lograr la tercera posición, asestando un zarpazo a Más Madrid, la marca del antiguo camarada Iñigo Errejón. Tal gesta, partiendo ahora mismo de la última posición en las preferencias de los madrileños, permitiría fantasear con la reconstrucción de Podemos de aquí a una convocatoria de elecciones generales.