Sánchez concede a Urkullu la gestión de nuevos tributos para sumarlo a la Cumbre de Presidentes
El Gobierno tiene prisa por tantear el apoyo del PNV a los nuevos Presupuestos
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En tiempo de descuento, pero Pedro Sánchez ha conseguido la asistencia de Iñigo Urkullu a la Conferencia de Presidentes de este próximo viernes convocada en Salamanca. Eso sí, todo tiene un coste y en esta ocasión ha sido la cesión al País Vasco de la recaudación de nuevos impuestos tales como el de transacciones financieras o a determinados servicios digitales. Los contactos a distintos niveles, más allá del cruce de misivas, han acabado ofreciendo resultados.
El acuerdo será ratificado este jueves en un encuentro de la Comisión Mixta del Concierto, ya concertado de antemano, aun cuando el Gobierno ha permitido al lehendakari teatralizar su convocatoria como el fruto de su pulso. Y es que la prioridad encomendada por Sánchez a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pasa por usar la bilateral para tantear el apoyo del PNV a los próximos Presupuestos Generales del Estado. La negociación con la mayoría de la investidura, incluidos los socios de la coalición, Unidas Podemos, promete ser dura. Así lo asumen abiertamente en La Moncloa. Cuanto antes sepan el terreno que pisan, mucho mejor.
Las cuentas públicas del próximo año centran los esfuerzos gubernamentales, aun al precio de recalentar el ya tenso ambiente de la cumbre autonómica de Salamanca. Una cita a la que precisamente van a acudir mandatarios del PP, pero también del PSOE, convencidos de la tentación arbitraria de Pedro Sánchez en el futuro reparto de los fondos europeos. Esa certidumbre sólo ha podido verse confirmada tras repetir con Urkullu el capítulo del año pasado cuando sólo acudió in extremis a la Conferencia de Presidentes de San Millán de la Cogolla, tras arrancar 2.000 millones extra de déficit para el País Vasco.
Con la asistencia de Iñigo Urkullu, la reunión autonómica en la ciudad del río Tormes aparece sólo con una silla vacía, la del presidente de la Generalidad de Cataluña. El también costalero preferente, Pere Aragonés, ha rechazado participar en la cumbre y además lo hace por entender que su lugar está en los encuentros bilaterales con el Gobierno de Pedro Sánchez.