Sin Micrófonos: Los tropiezos de Pedro Sánchez traslucen un PSOE gripado

El secretario general ha sentido en sus carnes la dureza del camino. Una retahíla de momentos polémicos han sumado a las filas en una mezcla de confusión y estupor

Los tropiezos de Pedro Sánchez traslucen un PSOE gripado

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El sanedrín encabezado por Pedro Sánchez ha andado inquieto. En la cúpula hay quienes se han impuesto una reflexión sobre las causas de una semana horribilis para sus intereses. La famosa máxima “el papel lo aguanta todo” ha apresado al PSOE. En su afán de hacer posibles sus objetivos, el secretario general los mantiene fijados en un papel, negro sobre blanco, pero días atrás han sido superados por la tozuda realidad.

Los “números” del CIS, invocados repetidamente con positiva expectación en la Ejecutiva Federal, obligaron a modificar el plan trazado para adaptarse a las contingencias. Del barómetro se dedujo el largo trecho pendiente para alcanzar la tierra prometida. Aún así, y a pesar de salir en la foto peor de lo esperado - un punto menos en intención de voto -, en Ferraz vendieron estar encantados porque, como partido mayoritario de la izquierda, siguen acortando distancias con el PP. “Hace un año nos separaban 15 puntos y ahora 3”. Fue el análisis oficial de la dirección.

En este contexto, el PSOE emprendió una campaña contra la candidatura de Luis de Guindos para la vicepresidencia del Banco Central Europeo. Óscar Puente empezó reclamando para el cargo una “mujer y técnica”, erre que erre el propio Pedro Sánchez lo verbalizó, y acabaron Adriana Lastra y Margarita Robles exigiendo la dimisión inmediata de Guindos. La hostilidad desplegada contra el todavía titular de Economía ha contrastado con la corriente generalizada favorable del socialismo europeo, desde los portugueses de Antonio Costa a los socialdemócratas de Martín Schulz, que acaban de suscribir el pacto de coalición con Ángela Merkel. Las pedradas han desconcertados a sectores del PSOE.

A contrapié precisamente pilló el PP al Grupo Socialista en el Congreso al introducir una enmienda para prohibir el indulto a condenados por sedición y rebelión a una proposición de ley del propio PSOE destinada a impedir la medida de gracia para delitos relacionados con la corrupción. La iniciativa dormía en el registro desde hacía casi un año y estaba pensada para desempolvarla en el momento oportuno contra la yugular de los populares que mantienen abiertos diversos frentes judiciales. En cualquier caso, el debate interno está servido, toda vez que Sánchez debe lograr la cuadratura del círculo ante un salto del PP que muchos de los suyos ven inevitable respaldar, pero que Miquel Iceta, en nombre del PSC, rechaza.

Suma y sigue... Puertas adentro ha habido decepción más o menos disimulada ante el fracaso de venta del recurso al TC al veto del Gobierno a leyes de la Oposición. El PSOE buscó darle lustre con una comparecencia de su vicesecretaria general, Adriana Lastra, y de la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, que quedó reducida a la pretensión de imponer un lenguaje supuestamente antisexista. Y es que Lastra defendió el uso de los dos géneros, de modo y manera que aplaudió el “miembros y miembras” y desveló su costumbre de dirigirse a su compañera Margarita como “portavoza”.

Todos en el Partido Socialista saben ya de los riesgos de moverse y no salir en la foto. O de salir torcidos, que en política seguramente es aún peor. 

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