Vértigo en Ferraz: 1 millón de votos andaluces marcará el futuro de Sánchez
Las elecciones tienen en ebullición a la federación clave para conservar La Moncloa
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Juan Manuel Moreno Bonilla aún debe concretar la fecha de sus elecciones autonómicas. El presidente de la Junta de Andalucía es quien tiene la última palabra, y siempre puede sorprender en el último momento, pero la previsión con la que han venido trabajando en la calle Ferraz ha sido con las urnas principalmente el 12 o, en su defecto, el 19 de junio. Son los días con los que han especulado el núcleo duro del PSOE y La Moncloa. Sea uno de esos dos domingos o el último del mes junio, esto es, el 26, la cúpula socialista tiene a punto su maquinaria electoral, consciente de lo mucho en juego.
Todos sus vaticinios desembocan en un mismo itinerario: Autonómicas antes del verano. “Convoque cuando convoque Moreno Bonilla, el engranaje está listo”, subrayan. En espera del anuncio oficial, la tensión se masca en el seno del cuartel general del PSOE, aunque “abajo están neuróticos”, en referencia al socialismo andaluz en donde la dirección federal - con la vicesecretaria general, Adriana Lastra, y el secretario de Organización, Santos Cerdán, a la cabeza - ha tocado a rebato manu militari en las últimas semanas. En paralelo, Pedro Sánchez, que promete exponerse más desde ahora ante el empuje de Alberto Núñez Feijóo, y el Consejo de Ministros entrarán en combate para arropar sobre el terreno a Juan Espadas.
La planificación acumula notables grietas. De hecho, el objetivo último es conservador y pasa porque Espadas consiga en la comunidad talismán el millón de votos. En otras palabras, aguante en los peores resultados históricos obtenidos por Susana Díaz el 2 de diciembre de 2018. Entonces, 33 escaños, casi el 28% de los votos, 1.009.243 sufragios, fueron vividos en Ferraz como una debacle cruenta. Hoy, en cambio, firmarían de antemano aquellas cifras. Si Juan Espadas, con una andadura de menos de un año al frente del PSOE-A, no lograra ese suelo, debería hacerse a un lado. Así lo avala en privado la cúpula federal.
“La exigencia de su cabeza llegaría de la propia militancia. Sería incontenible el fuego interno”, se escuda ante COPE el núcleo duro asumido que el candidato no acaba de tirar en su principal granero de votos. Al contrario. Desde la sala de máquinas se afanan en recordar en una especie de cortafuegos preventivo que Sánchez revivió el poderío socialista en las generales de abril de 2019 con un apoyo en Andalucía superior al 34% y 24 diputados.1.582.682 votos. Así pues, un próximo batacazo del socialismo andaluz deterioraría al Presidente que debería reformular su hoja de ruta, toda vez La Moncloa se asienta para la organización sobre su fortaleza en Andalucía y Cataluña y, de momento, pincha en uno de los pilares.
Las andaluzas emergen por tanto como una prueba de fuego para el mismo Pedro Sánchez. Un descalabro lastraría las opciones para las municipales y autonómicas de 2023 y después para las generales. El PSOE necesita volcarse por tierra, mar y aire en la decisiva movilización de la izquierda. Y en ello promete afanarse del primero al último, desde Ferraz a La Moncloa.