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En el PP impera el realismo: el día 5 de julio ni siquiera acudirán a votar el exiguo número de militantes inscritos para ello. De hecho calculan que solo el 70 ó el 75 por ciento acudirá a las urnas, y es que, admiten, son malas fechas. Los candidatos hacen números estos días, aunque en el partido aseguran que el resultado final es incierto. Dependerá, dicen, de dos factores: uno, de la influencia de los barones provinciales, influencia que es mayor, apuntan, que la de los propios secretarios regionales. Génova se ha visto incluso obligada a intervenir en un caso que se consideraba ya, especialmente grave. Este primer factor favorecería más a Cospedal y a Sáenz de Santamaría. El segundo sería el llamado voto incontrolado, que iría a parar en mayor medida, apuntan, a Casado.
Los gerentes del partido serán los encargados de garantizar la limpieza del proceso electoral, y habrá además interventores de las distintas candidaturas en cada sede. Las urnas cerrarán a las ocho y media de la tarde, y los resultados se podrían conocer en la madrugada del jueves al viernes. Lo que ya no va a haber será un debate entre todos los candidatos. La Comisión Permanente del Comité Organizador ha cerrado la puerta a ceder la sede de la calle Génova para ello, ya que era una idea que no contaba con la unanimidad de todos los candidatos.
Lo que parece claro es que, si uno de los aspirantes a presidir el PP gana con una ámplia ventaja sobre el segundo, habrá presiones para que los compromisarios voten al vencedor, y evitar así una guerra total en el partido. En el PP ven difícil, eso sí, que se pueda llegar a ese cónclave con una candidatura única.
Mariano Rajoy sigue acudiendo, a veces, a su despacho de la séptima planta de la calle Génova. Está siguiendo muy de cerca todo el proceso, tiene mucha información, aseguran, pero se mantendrá neutral hasta el final. Habrá que ver si José María Aznar sigue este mismo ejemplo. Hasta ahora no se ha pronunciado a favor de ninguno de los candidatos, aunque nadie duda que apoya a Casado, pero, si hace público ese respaldo, advierten, podría perjudicar al vicesecretario de Comunicación del partido, porque las críticas del ex-presidente llevan tiempo fastidiando a muchos de los suyos.
Soraya tiene el apoyo de gran parte de la Comunidad Valenciana, de Andalucía y de Castilla y León. También cuenta con Canarias y Melilla y con parte de Aragón (Huesca), La Rioja, y Baleares.
Cospedal se habría garantizado, como no podía ser de otra manera, el apoyo de Castilla la Mancha, de parte de Cataluña (Barcelona, sobre todo), de Extremadura, Asturias, y parte de Galicia, La Rioja, Aragón (Zaragoza), y Madrid.
Casado tendría apoyos en Baleares, Galicia, parte de Castilla y León y, sobre todo, de Madrid.