El envite de Sánchez el 13-F: Parar el golpe y dejar al PP en manos de Vox

El líder del Ejecutivo se ha reservado 4 mítines en la campaña oficial de Castilla y León

El envite de Sánchez el 13-F: Parar el golpe y dejar al PP en manos de Vox

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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Con todas las encuestas menos la del CIS pronosticando una amplia mayoría del PP, Pedro Sánchez decidió limitar su implicación en la campaña de Castilla y León. Aunque el despliegue de los mensajes de los partidos políticos es constante desde hace semanas, el pistoletazo de salida oficial de la contienda arrancaba a las cero horas de este 28 de enero. Lo hizo, para el PSOE, sin contar con el presidente del Gobierno, aunque llegó a estar agendada su presencia.

Esa fue una intención inicial. Sin embargo, el desembarco del secretario general del PSOE en la famosa “pegada de carteles” fue descartada, tras haber entregado diez días de precampaña al Partido Popular y a Unidas Podemos por la crisis de las macrogranjas desatada en el seno mismo del Gobierno de la coalición por Alberto Garzón. Ferraz mantiene la asistencia de Sánchez en la noche del cierre, el próximo viernes 11 de febrero en Valladolid. Por el camino a alcanzar la meta, la implicación del Presidente se va a traducir en otros 3 actos más, durante sendos fines de semana que restan hasta las urnas, además de actuar el miércoles 9 en Soria.

Este sábado 29 de enero arropa Pedro Sánchez a Luis Tudanca en Zamora. Y el domingo, 6 de febrero, en el que será el mitin central del PSOE en León. Un día antes, sin su asistencia, se ha organizado en Segovia una cumbre de presidentes socialistas. Y habrá desembarco de ministros a lo largo de la carrera. En la precampaña, Sánchez compartió acto el 8 de enero con Tudanca en Palencia. Fue durante la puesta de largo del candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León. Entonces, el equipo del Presidente ya ponderó los riesgos para su imagen del desbarajuste generado por Garzón al recibir in situ abucheos del sector ganadero.

Tocaba dejar atrás las distorsiones del Gobierno en la campaña que solo lastraban los números de los socialistas en la región. Tanto es así que Pedro Sánchez acudió el sábado día 15 a Granada para tirar de su aspirante a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, y al siguiente, el 22, compartió en Gijón acto de partido con el presidente de Asturias, Adrián Barbón, y la vicesecretaria Adriana Lastra. Así han ido aplazando La Moncloa y Ferraz el test castellano-leonés para su líder, siendo conscientes de que la comunidad está perdida. Diga lo que diga sobrepasando toda barrera imaginable el CIS de José Félix Tezanos en beneficio del PSOE.

El propósito último de los socialistas pasa por parar el golpe de su retroceso en las urnas. En estas semanas no ha variado en la noqueada sala de máquinas que ha detectado en sus últimos sondeos internos un frenazo en el impulso del PP, siempre en cabeza, sin alternativa enfrente, pero alejándose en estos momentos de una mayoría absoluta, mientras Vox muestra músculo y suma enteros. Las papeletas van a seguir fluctuando en el bloque del centro-derecha de aquí al 13 de febrero.

De ahí que se aferren a asimilar al PP con Vox y, sobre todo, a la esperanza de que la noche del 13-F Alfonso Fernández Mañueco necesite para gobernar el respaldo activo de las siglas de Santiago Abascal. Esa instantánea debilitaría la estrategia nacional de Pablo Casado y tendría efectos en Andalucía donde Juan Manuel Moreno Bonilla sopesa convocar sus propias urnas autonómicas a corto o medio plazo. La movilización del votante de izquierdas, un electorado menos motivado ahora mismo que el de la derecha, sería inmediata, según las estimaciones de la cúpula del PSOE. Mucho está aún por decidirse en estas dos semanas por delante.