SIN MICRÓFONOS

El Gobierno busca sumar a Rivera al frente común contra el secesionismo

Rajoy y el líder de Ciudadanos muestran gestos serios durante su encuentro de hoy en Moncloa 

Rajoy y Rivera

María Dabán

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Mariano Rajoy intenta reconducir sus últimas tensiones con Albert Rivera a raíz de la crisis catalana, y recuperar al líder de Ciudadanos para el consenso de los constitucionalistas. Ambos están reunidos desde las nueve y media de la mañana en un encuentro marcado por las discrepancias entre ambos sobre la situación en Cataluña y la exigencia de Rivera de mantener y ampliar la aplicación del artículo 155. El presidente de la formación naranja ha acudido puntual a su cita con Rajoy, quien lo ha recibido en el interior del Palacio de la Moncloa y donde se han saludado de manera protocolaria y con gesto serio.

Una vez en la sala de la reunión, han mantenido esta misma seriedad mientras los informadores gráficos sacaban las primeras imágenes del encuentro, que se produce en un momento de distanciamiento entre los dos, tras romper Rivera el acuerdo sobre el apoyo de su partido a la aplicación del 155 en Cataluña. Es la primera vez que ambos se ven desde el pasado 28 de diciembre cuando se reunieron para hablar de los resultados de las elecciones catalanas, aunque después han conversado por teléfono en dos ocasiones, una de ellas también sobre la crisis catalana, y otra, en marzo, sobre los presupuestos.

El líder de la formación naranja ha llegado a Moncloa con la sensación de que se podría haber hecho más para impedir la investidura de Torra, se podría haber recurrido la delegación de voto de los fugados; y se podría mantener la vigencia del 155 hasta que se comprobara que el nuevo Gobierno de la Generalitat no hace realidad sus amenazas, y cumple la ley, o se podría incluso volver a aplicar. Para Rivera, la laxitud de Rajoy solo tiene un objetivo: que el PNV acabe apoyando los presupuestos y le dé un año mas de oxígeno político para finalizar la legislatura.

Por contra, desde el Gobierno se rebaten esas acusaciones con tres argumentos: uno, que los servicios jurídicos del estado ya advirtieron de la falta de legitimidad del ejecutivo para recurrir esa delegación (que tendrían que ser los partidos los que dieran ese paso, como así hizo el PP y también Ciudadanos); dos, que fue la propia formación naranja la que votó en el Senado junto a PP y PSOE un texto en el que se recogía expresamente que el 155 quedaría en suspenso en cuanto hubiera en Cataluña un Gobierno legalmente establecido; y tres, que no se puede volver a aplicar ese articulo hasta que haya una nueva vulneración de la legalidad. No es algo preventivo

Rajoy ha aguantado las críticas de Rivera en los últimos días sin rebatirlas en aras a lo que él llama “el bien mayor”, es decir, el necesario cierre de filas de los constitucionalistas para hacer frente al desafío independentista. “No haré ni diré nada -afirmaba incluso desde Sofía- que dificulte la unidad”. Pero en Moncloa no ocultan su enfado con el líder de Ciudadanos. Si fuera tan patriota, como electoralista, aseguran algunas fuentes, la cosa sería coser y cantar... Y es que, dicen, en la política hay dos formas de enfrentarse a los problemas: para solucionarlos o para aprovecharte de ellos, y, si optas por la segunda opción constantemente, la sociedad ve ese oportunismo.

Y frente a esa postura de Rivera, en el Gobierno ponen como ejemplo a Pedro Sánchez, que sabe en los temas en los que se puede hacer política de partido, y en los que no se puede. Es consciente de que no hay que jugar con algo tan importante como la unidad de España.

En Moncloa están a la espera de esa carta de Quim Torra en la que pedirá de manera formal una reunión con Mariano Rajoy para cerrar fecha y hora, pero, ya advierten: el presidente no se va a mover de su posición, va a seguir defendiendo el cumplimiento de la ley, y el estado, insisten, no se va a cansar nunca.

Del nuevo presidente esperan mucho espectáculo, pero dudan de que vaya a cruzar de nuevo la vía de la legalidad porque sabe que no sirve para nada, y que la justicia actúa de manera implacable. Y circo va a haber mucho, aseguran: hoy mismo tomará posesión de su cargo no invitando alacto a ningún miembro del Gobierno, con el argumento de que quieren que sea algo “privado”, Hay que recordar, además, que el 155 seguirá vigente hasta que los nuevos consellers juren sus cargos. Entonces quedará suspendido de manera automática.

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