Las aguas revueltas en el Gobierno disparan las críticas internas

Una preocupación sucede a otra. A la incertidumbre provocada por la emergencia sanitaria del coronavirus le acompañan los efectos económicos. El Gobierno se desplegó en las últimas horas para tratar de cerrar compuertas. El entorno de Pedro Sánchez se muestra irritado con todo lo que se escapa a su control, pero modelar el listado de actividades afectadas por el Real Decreto 10/2020, de 29 de marzo, resultó un auténtico quebradero de cabeza.

Al debate en el Consejo de Ministros extraordinario le siguieron horas de discrepancias entre los distintos departamentos para concretar a qué sectores afectaba y cuáles debían quedar liberados del cerrojazo. La labor en tiempo de descuento para pulir la redacción de una medida tan excepcional llevó a publicar el Boletín Oficial del Estado al filo de la medianoche, lo cual desató el caos y obligó a incluir la moratoria de 24 horas en vigor este lunes día 30. Y ello aún cuando el anuncio del endurecimiento de las restricciones fue realizado por el propio presidente del Gobierno en una comparecencia el sábado por la tarde.

Descolocadas todas las piezas, en medio de un sinfín de rumores, incluido el del fantasma de una puesta a disposición del cargo por Nadia Calviño, convenientemente venteado desde Unidas Podemos. ¿Efecto colateral de la guerra entre facciones? Una muestra más de las difíciles relaciones. En cualquier caso, la vicepresidenta económica permanece al frente de sus obligaciones. Calviño, junto a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, además del jefe de Gabinete del presidente, Iván Redondo, emergen como un “triunvirato” de poder a la sombra de Pedro Sánchez, cuando ya pocos miembros del Gabinete siguen sin achicharrarse en esta crisis. Salvador Illa engrosa la lista de responsables “superados”. Así lo deja caer el entorno de Sánchez, que ha eludido cualquier autocrítica por el fiasco de los test defectuosos.

El clima interno va enturbiándose y se especula abiertamente con que la pandemia lleva camino de dejar tocada la coalición con los morados. Las divergencias van cobrando cuerpo sin ser posible esconderlas. El Gabinete trata de publicitarse a la ofensiva, desplegado en comparecencias diarias y, sin embargo, “la emergencia – lamentan fuentes consultadas por la Cadena COPE – nos limita a hacer de bomberos”. La sensación instalada en La Moncloa es que la dinámica del “sálvese quien pueda”, además de la lucha por imponer exigencias, se ha instalado en el Ejecutivo y eso aboca incluso a dar pasos en falso y caer en la autoenmienda.

Desde luego, toda la legislatura es susceptible de reescribirse. Los refugiados en despachos de La Moncloa barajan constantemente escenarios, perspectivas, y asumen la imposibilidad de mirar a los separatistas catalanes como socios preferentes con un país confinado en un recrudecido estado de alarma que exigirá dejar atrás mesas de negociación y más aún en una coyuntura descontada de recesión. “Esta crisis puede llevarnos a la quiebra de nuestro modelo social”, alertan diversas voces. Y pese a la proverbial capacidad de Pedro Sánchez de evitar alterarse por los acontecimientos, hasta próximos ven desbordado al presidente del Gobierno.