La Moncloa cubre sus "expectativas" al rebajar Felipe VI la cita con su padre

En el Gobierno creen que Don Juan Carlos ha buscado "redimirse" en Sangenjo

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La Moncloa cubre sus "expectativas" al rebajar Felipe VI la cita con su padre

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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El Gobierno cuenta las horas para el regreso de Don Juan Carlos a su residencia en Emiratos Árabes. A la espera del encuentro clave de este lunes en el Palacio de La Zarzuela entre Felipe VI y su padre cuyo veredicto ya anticipan en La Moncloa. “Cubre nuestras expectativas”, defienden intramuros del complejo presidencial tras haber rebajado la Casa del Rey la reunión a un acto privado. Ahora bien, como con todo relacionado con la visita, eluden pronunciarse sobre si hubo interlocución para dejar fuera al Emérito de la agenda oficial del Rey.

En el Gabinete se lavan las manos ante decisiones que atribuye a Felipe VI y “por supuesto” las respeta, pero dejan constancia de su satisfacción ante la falta de previsión de la Casa Real de distribuir fotografías de la cita del jefe del Estado con Juan Carlos I. Esa es la senda, entienden. “Lo contrario”, según han sostenido desde el Ejecutivo, “complicaría las cosas al Rey”, “causando daños a la Institución”. Y ello además cuando La Moncloa ha admitido haber esperado mayor discreción al tratarse de lo que calificaron de “viaje privado” cuya gestión interpelaba a La Zarzuela.

Buena prueba de haber sido pillado a contrapié es que el Gobierno ha llegado a interpretar como un intento de Don Juan Carlos de “redimirse” el baño de multitudes en Sanxenxo. Y es que, tal y como detalló COPE, se les echó encima la acogida con los brazos abiertos del ex jefe del Estado que dejó a altos cargos del PSOE en un estado cercano a la perplejidad. Sus cálculos pasaban por considerar consolidada la idea de que el Rey estaba desautorizado “en términos éticos e institucionales”. Hasta entendían que buena parte de la opinión pública había desconectado de su figura tras dos años fuera de España.

Tal percepción llevó a dirigentes a trasladar su desinterés ante la presencia de quien fuese jefe del Estado o a delatarse de lleno lanzando pedradas en redes sociales. Quien fuera en su condición de vicepresidenta encargada de impulsar la marcha del Emérito a Abu Dabi, Carmen Calvo, habló de “gran bochorno”. Así entraron socialistas de pro en una competición con sus socios, desde Unidas Podemos a ERC o Bildu, en las embestidas contra Juan Carlos I. La Moncloa ha continuado oficialmente con su mutis por el foro en todo lo referente a la visita real, incluso después de que Alberto Garzón, tachase al Monarca de “delincuente acreditado”.

El desatino del titular de Consumo rompía a su vez con el mantra de los pronunciamientos de ministros reclamando explicaciones a Don Juan Carlos. El linchamiento a su figura ha hecho aguas este domingo en una concentración convocada por las Juventudes Socialistas o el PCE en la madrileña Plaza de Ópera, cerca del Palacio Real. Apenas unas 300 personas se han manifestado en contra de la Monarquía y del Emérito al grito de “fuera Borbones”. Una gráfica expresión de su lejanía del “referéndum” de la calle. La jefatura del Estado está lejos de ser un problema para la opinión pública. Más claro, agua.

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