El plan de La Moncloa: presentar a Sánchez como un salvador en tiempos de crisis

La inquietud por el desapego de los españoles se extiende en el núcleo duro

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El plan de La Moncloa: Presentar a Sánchez como un salvador en tiempos de crisis

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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“Que la ciudadanía nos atribuya las medidas” para paliar los efectos de la guerra en Ucrania. Eso, al menos, dictan desde el núcleo duro de Pedro Sánchez que acreditan su sobresalto ante la “desconexión emocional” del Gobierno con los españoles de a pie. Intramuros de La Moncloa elevan sus miras en la urgencia de congraciarse con las “clases medias” ante una crisis generalizada, que golpea el bolsillo de todos los ciudadanos.

El revolcón electoral en Andalucía marca el paso del Ejecutivo. Ante el deterioro de su imagen, Sánchez comparecerá tras el Consejo de Ministros extraordinario del próximo sábado para presentar el segundo real decreto anticrisis que contendrá la prórroga – a resolver, aun si por 3 o 6 meses de duración - de algunas de las medidas ya vigentes e incorporará novedades. Desgastado por la inflación y los costes energéticos, el Ejecutivo negocia de nuevo consigo mismo este paquete que incluirá una nueva rebaja del IVA de la luz, ahora del 10% al 5%.

La bajada impositiva era anunciada en la sesión de control al Congreso de este miércoles por el propio Presidente, que recordaba que ya rebajó en julio del pasado año el IVA del 21% al 10%. En su rectificación, las dos órbitas del Gabinete han coincidido incrementar la ambición del paquete. Sobre la mesa, en un reparto de papeles en el seno de la coalición, el estudio de las iniciativas de Yolanda Díaz, como el cheque de 300 euros para las familias más vulnerables, una rebaja de los abonos transporte o apretar a las eléctricas y a las petroleras. El ala socialista admite ahora mismo buscar una “mayor aportación” de las grandes energéticas.

A falta de muchos flecos, el Gobierno se quedó corto con el Plan Nacional de Respuesta a la guerra, también con los sectores beneficiados. El número de agraciados será ampliado, tras volcar las ayudas en el sector primario. La medida estrella de la bonificación de 20 céntimos por litro en el precio de carburantes quiere incrementarse para los profesionales. Y hacerlo además justo cuando la sombra de la huelga del transporte planea de nuevo sobre el país imbuido en una coyuntura mucho peor que la anterior. Ahora toca desactivar una renovada protesta de los camioneros y tomar la iniciativa, reconocen en privado en el Ejecutivo.

Sánchez se sabe necesitado de revertir la sensación instalada de cambio de ciclo y de tomar impulso. Pasar a la ofensiva y ha dado la orden de movilización general, “trabajar – en lenguaje monclovita - para ocupar todos los espacios”. A la cabeza, el Presidente que ha elegido bando para completar la Legislatura. En busca de estabilidad, afianza su coalición con Unidas Podemos y aspira a contar con el asidero de la mayoría de la investidura. Bajo ese propósito, el Gobierno ha retomado el diálogo con la Generalitat de Cataluña. Algo más de dos horas de reunión del ministro Félix Bolaños y de la consejera Laura Vilagrà sirvieron para iniciar el deshielo, estableciendo una serie de reglas, un acuerdo marco por plasmar negro sobre blanco, a sus relaciones. Por el camino, Pedro Sánchez se verá con Pere Aragonés en las próximas semanas, antes de las vacaciones de verano.

Desde La Moncloa creen que su batacazo andaluz puede acelerar la entente con los separatistas, supuestamente amedrentados ante un PP catapultado como alternativa de poder. La visión de ERC en ningún caso corrobora esa lectura y, en todo caso, aspira a beneficiarse de la debilidad de Sánchez. Mientras, los silenciados barones del PSOE vienen temiendo pagar las consecuencias de unas alianzas que les lleva a admitir que Pedro Sánchez les resta en sus territorios. Pero, ahora, el jefe del Ejecutivo pretende tirar de ellos, consciente de que sus presidentes autonómicos son más competitivos que él mismo.