Rebajar la sedición: pendiente de la decisión final de Sánchez
El entorno del Presidente "enfría" dar el paso en año electoral. En las federaciones del PSOE ya tuercen el gesto
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
“La decisión compete únicamente al Presidente”. Así de taxativos se muestran ante COPE cercanos colaboradores de Pedro Sánchez sobre una pretensión de reformar el Código Penal en lo que resta de Legislatura para rebajar a la mitad las penas de sedición. Un gesto hacia los separatistas que de nuevo Sánchez defendía días atrás como “un compromiso personal” vistiéndolo de la necesidad de homologar el delito “a las principales democracias europeas”. Las palabras de Sánchez han sido secundadas por miembros de su Gobierno. El entorno presidencial defiende sin ambages que la homologación facilitaría el regreso a España de Carles Puigdemont, que hasta el momento se ha ido librando por derrapar las euroordenes en Bélgica o Alemania.
Tampoco se le oculta al núcleo duro de Sánchez la enorme trascendencia que tiene su posición. Y es que un cambio de nuestro sistema penal, sobre el que ha estado hablándose con ERC, beneficiaría a priori a cargos independentistas todavía pendientes de procesos relacionados con el golpe del 1-O. El Ejecutivo es plenamente consciente de la dificultad de vender un salto que podría resultar demoledor para los intereses electorales del PSOE. “Hay que valorarlo todo”, explican en las sentinas gubernamentales. En el estado mayor del Presidente parecen poco proclives, entre otras razones, por el encaje en la actual cuenta atrás a las urnas, pero la última palabra siempre será de Sánchez.
A sumar, la tramitación parlamentaria de una reforma del Código Penal representaría un auténtico vía crucis de meses para el Gobierno y sólo serviría a ahondar en su desgaste. La Moncloa, en esta ocasión, olfatea el peligro en el horizonte. Ahondar en la política de cesiones hacia los secesionistas sólo puede causar enorme tensión fuera, pero además dentro del PSOE. “La reforma nos deslizaría por una senda pantanosa para nuestras expectativas electorales”, admiten de abajo arriba dirigentes territoriales. La zozobra de barones sólo puede aumentar de grados. Su suerte está por echarse en apenas siete meses.
Con unas elecciones municipales y autonómicas a la vuelta de la esquina, nadie quiere achicar más agua de Pedro Sánchez. “Cuantas menos concesiones haya a Cataluña, mejor”, imploran desde distintas federaciones. Es un razonamiento de sentido común que se abre paso en el PSOE, a pesar de la apuesta política de Sánchez.